patio bondiano

viernes, 27 de diciembre de 2013

Llevemos Drama a Todos los Jóvenes.



Actuar en las obras de Bond requiere  máxima concentración.  Nada puede ser dejado a la irracionalidad, al accidente, al absurdo. Con Bond sería un delito ofrecer "momentos mágicos;"  con Bond no buscas hacer visible lo "trascendental".  Nada ocurre accidentalmente en la lógica de la acción, de la causa y el efecto.  El drama de Bond requiere una renovada forma de actuar.  La realidad hay que extraerla como de un pozo negro y profundo - la ideología -  hacerla visible y convertirla en verdad.  "La verdad siempre siempre es escandalosa" (Pier Paolo Pasolini).  Para hacer visible esta verdad-realidad necesitas la concentración de los actores.  La grandiosidad del texto de Bond solo será posible a través de actores. Conseguir y mantener un estado de concentración máximo desgasta. J. Manuel, Javi y Noelia saben de lo que hablo. 

Bond ha escrito volúmenes sobre qué es su obra, para qué y quién.  Otros académicos y directores han escrito también profusamente sobre la dificultades de representar correctamente la obra bondiana. Parece que fuese difícil.  Sin embargo, Bond nunca ha dejado de sorprenderse con esas "dificultades" encontradas porque, dice, su obra es simple y directa.  Y así me lo ha confirmado reiteradamente tanto en conversaciones como en muchas de las numerosas cartas que he recibido de él durante estos últimos 14 años.  Como en la ultimísima de sus cartas con fecha de hoy 27 de diciembre: 

"Siempre he pensado que mi idea sobre el drama es simple y obvia. Me deja perplejo saber que alguien encuentra difícil actuar en mis obras.  Pero siempre he sabido que es más difícil explicar el problema que realizarlo.  El problema es que la mayoría de las representaciones destruyen la simplicidad y franqueza de la obra."

Lo que es difícil, a lo que se refiere Bond, es encontrar actores que confíen en la inteligencia de la audiencia - su independencia intelectual y en su humanismo; sobre todo de los jóvenes - y hacer única y exclusivamente "lo que dice en la lata".  Actores y directores, tanto principiantes como profesionales, buenos y malos, tienden a añadir efectos innecesarios, tanto en la escenografía como en la actuación -  que además, en la mayoría de los casos, corrompen las intenciones liberadoras del Gran Drama.  Hay ya raudales de vacuo entretenimiento por doquier y no tengo nada contra ello, al contrario - como no tengo nada con sentarse en frente de la lavadora mientras lava si ayuda a entretener la mente lejos de los pagos de la hipoteca - pero en este desierto lleno de arena estéril llamada industrias culturales, Gran Drama es como un verdadero oasis.  

En realidad esta ha sido la intención fundamental de los últimos dos años en Granada: un espacio donde explorar, experimentar la función actoral en la obra de Bond de manera libre y sin presiones.  El Patio Edward Bond de la Juventud es una asociación que busca ocupar un espacio urgentemente necesario en la vida educativa de los más jóvenes: la experiencia dramática.  Pero para mi es también una plataforma de estudio para encontrar esa nueva forma de actuar en las obras de Bond y para el s. XXI.  Todavía no tenemos estos actores. Ni yo ni nadie. Hay mucho por hacer.  Pero ciertamente sé que, después de un año de duro trabajo y entrega altruista, nuestros actores están más cerca del camino correcto que ninguno de los actores que he visto trabajando en las obras de Bond, tanto en las islas británicas como en Francia, tanto en grandes teatros con gran aparato publicitario y actores famosos como las pequeñas compañías en los fringes de la subsistencia que llevan más de veinte años trabajando las obras de Bond.    Esto lo he discutido con Bond repetidas veces y coincide conmigo.  La respuesta siempre ha sido que la gente no tiene ni tiempo ni presupuesto para abordar este problema fundamental del actor en las obras de Bond.

El éxito - en el sentido de fidelidad hacia la intención del autor y hacia la audiencia - de la obra recae sobre la capacidad de concentración del actor o actriz para realizar el acto de actuar.  Para ayudar a resolver este problema, Bond creó el termino técnico Accidente-Tiempo.  Lo explicaré tal y como Bond me lo explicó a mi: hace años tuvo un accidente bastante serio con su coche.  El coche dio unas cuantas vueltas de campana.  Todo ocurrió en segundos.  Pero en la mente de Bond, mientras daba vueltas dentro de su coche, todo ocurría en cámara lenta y era capaz de percibir todo con perfecta nitidez y observar detalles que parecían estirarse en el tiempo; todo parecía ocurrir mucho más lento de lo que realmente era. Esto seguro que es familiar para muchos de nosotros.  En momentos de peligro los procesos de la mente se aceleran y nuestra atención se multiplica por cien.  La naturaleza nos da este don como herramienta de supervivencia.  

Bien, las últimas obras de Bond requieren una escenografía, digamos, austera, como en nuestra obra "Al Límite": dos puertas, una mesa y un par de sillas. Pero también hay cosas que podrían parecer triviales: un plato y cubiertos, una taza, ropa, una mochila.  Nada debería tomarse como "trivial".  En drama estos objetos insignificantes contienen intrínsecamente algo que es de capital importancia en las obras bondianas y que es necesario desvelar a la audiencia: ideología - o mejor, la ideología dominante. Es el actor, usando el estado de Accidente-Tiempo, que desvela la ideología de las cosas y produce el efecto revelador en la audiencia (Bond lo lleva más lejos: donde los actores son en realidad audiencia y la audiencia los actores de la situación en la que viven - esto es, institucionalizada injusticia.)  

En los ensayos se insiste sin descanso sobre este problema.  Antes de tomar o coger un objeto "hay que verlo" como antes de pronunciar la palabra "hay que verla" y tenemos que ver en el actor - en un instante, quizás un micro-segundo - el acto de decidir su acción.  Lo que pasa es que para el actor, en su concentración, ese micro-segundo es mucho más.  En realidad la necesidad de la super-concentración en los actores - o también, la hiper-consciencia de estar en "el sitio" -  es tan viejo como los escritos de Meyerhold, de M. Chekhov, de Grotovsky.  Con Bond esta concentración necesita ser llevada más allá: en un momento los actores están sentados en una silla sobre plano perfectamente estable y en el segundo siguiente se encuentran haciendo equilibrio en la silla pero sobre una montaña de sillas.  No solo lo que el personaje dice sino como ha llegado a la decisión de decirlo o hacerlo.  Esto tiene que hacerse evidente a la audiencia.  El texto hará el resto y la audiencia no solo se sorprenderá - eso es lo de menos - sino que se llevará a casa algo realmente útil.  Escoge: dedica tu vida a hacer el mal o a hacer el bien.  Es tu elección. 



"¡Es él!"  El Desconocido, viejo, alcohólico, "tira'o en la calle," acusa al joven de ser un ladrón; de haberle robado "to´o lo que tenía."  Sin embargo el joven Ron es inocente.  Es inocente - pero es joven. 


"¡Qué no robé tu cartera!"




 
La madre.  "Le quiero y soy su peor enemigo."

Un momento de reflexión sobre una de las acciones del primer acto. (Quizás repitiendo lo que Bond nos repite hasta la saciedad, lo más simple y más difícil de explicar: do not play the character; play the play -  no actúes el personaje; actúa la obra.) No.  Esta rara imagen del grupo es más acerca de las dificultades de hacer una caída lógica y creíble. 









miércoles, 23 de octubre de 2013

THE SITE - EL SITIO (EN LA OBRA DRAMATICA DE EDWARD BOND)

The Site – El Sitio

Traduce e introduce J C Villa

“The Site” en inglés no es solo “el sitio.”  Es también zona de obra (de construcción por ejemplo); como en español es también lugar, es ubicación.  En inglés casi siempre va acompañado de su específica acción.  El sitio es fundamental en las obras de Bond: el lugar donde los humanos deben buscar su propia humanidad – o donde la pierden.  Nos hacemos humanos o dejamos de serlo -  no nacemos humanos ni tenemos una naturaleza humana.  Es el contacto con los otros, con su cultura, con sus acciones, lo que modela nuestro factor humano.  El ser humano de hace quinientos años sería para nosotros como un ente de otro planeta, un desconocido.  Es pura barbarie afirmar “los humanos son destructivos por naturaleza” como se oye y lee demasiadas veces.  Es una formidable filosofía burguesa – esa de Heidegger y aquí en España la de su alumno, Ortega y Gasset – enraizada en cemento armado.  Es una filosofía que se esfuerza en hacer creer que las sociedades humanas solo existen con fuertes líderes, con clases privilegiadas y con clases vulnerables al servicio de estas últimas.  Es conveniente; reproduce el status quo.  Iglesias, naciones o estados, toda forma de autoridad se envuelve en una aureola mística de trascendencia; como si su poder hubiese sido otorgado por un poderoso ente divino, indiscutible, final: una “naturaleza” – humana. 

Para representar correctamente la obra de Bond - y pasar la visión humana a otros - no negociamos nuestros bagajes ideológicos, morales o varias mitologías religiosas.  “No hay naturaleza humana; creamos nuestra humanidad” dice Bond.  Y la creamos en El Sitio.  En el gran drama clásico, como en ese de Bond, las obras no se escriben para que audiencias sepan del “qué” y del “cuándo”, o del abstracto, ambiguo y trascendental, de brujas y espíritus y entes divinos, de inspiraciones mágicas y efectos especiales y de hipnotismo - de eso ya se ocupa el cine y el teatro burgués, moderno y postmoderno (o postmortem como lo llama Bond) - sino para esculpir un “¿Por qué?”.  El gran drama de Sófocles, Eurípides, Shakespeare o Bond, no soluciona o elimina el problema – es decir, el problema de cómo mantener tu humanidad en una sociedad fundamentalmente injusta – sino que convierte al problema en un acto creativo: “Esa persona rescató al niño de una casa en llamas.” ¿Qué? salvo al niño.  ¿Cuándo/cómo? Ayer, entrando por una ventana, tiró una pared, se quemó un brazo, mojó una manta, cogió al infante y salió por otra ventana.  Bien.  Pero, ¿por qué lo salvó?  ¿Por qué arriesgo su propia vida y no pudo frenarse?  ¿Qué es eso que impulsa con tanta fuerza a hacer un acto que muchos llamarían “heroico” pero que, en realidad, es básicamente el acto de un ser humano normal?

En Europa hemos entrado en unos momentos críticos – aunque algunos sabemos que, en realidad, no han dejado de ser críticos desde el final de la Segunda Guerra Mundial.  Muchos de los que gritan enfadados, desesperados en las plazas tenían ya escritos sus gritos en un drama que se ha venido trascribiendo durante muchos años – gran drama es visionario y da voces de alarma.  Los escritos de Bond me ayudan a vivir.  Espero que ayuden a muchos más.

Las situaciones injustas, las sociedades injustas  – llámalo “el sitio” – impiden o hacen extremadamente difícil promulgar – en el sentido de decretar, hacer ley - nuestra humanidad.  En sus terroríficas memorias Teoría y Práctica del Infierno ( New York: Berckley Publishing Corp.,1960) el superviviente de los campos nazis, Eugen Kogon, concluía “hubo muchos mártires muertos pero muy pocos santos vivos” (pág. 306).  En los extremos se encuentran preguntas fundamentales.  Hacer “una carrera” se entiende como hacer estudios superiores para ejercer una profesión.  Pero también es efectivamente una carrera de competición contra otros: para obtener recursos limitados, status, privilegios, propiedad.  Todos son enemigos de todos.  Hemos visto a muchos de los que no pueden competir en esa carrera – por falta de talento, medios, herencia – o son malos corredores y quedarse atrás no es una opción – estrictamente un problema ideológico – engañan, roban, practican crímenes indescriptibles, hacen trampas, corrompen, esclavizan o asesinan, rápido o lentamente.    

            (Y dos singularidades conectadas:
Todavía hay en el planeta más de 16.000 cabezas nucleares sin desmantelar
Y el gobierno español paga 100 millones de euros diarios solo en intereses – la locura sigue siendo, es clínica)

The Site se presenta como si fuese un epílogo de la obra “El Crimen del siglo Veintiuno” (The Crime of the Twenty-First Century, presentado en Paris en 2001- y publicado por Methuen Drama en Plays 7, London,2003), pero en realidad es una introducción más del autor a la idea bondiana.  Quiere ser útil.  Llámalo poema si gustas.  Es como lo dice Edward Bond.

Se decía alimenta a la gente y serán justos

Dará inicio a la era de la paz

No es así




Es justo que comamos pero comer no nos hará justos

Pasaremos hambre de justicia

Sin justicia nuestra hambre por comer crece hasta que devoramos la tierra

Mira hay está el hombre que se sienta en el suelo y devora su propia tumba

Pero no hay justicia

Hay la maquina



Satisface nuestras hambres así no hay necesidades

Nuestra hambre creció y para alimentarla la maquina devoró la tierra

Los ríos se secaron – los mares se convirtieron en cloacas donde las ratas nadan y comen pescado –     las montañas fueron destrozadas por tormentas – los bosques arrancados de raíz – los árboles se           aferraban a la tierra con sus garras – ciudades fueron  aplastadas en fosas de escombros donde           caníbales engendraban hijos para comer – y la tormenta barrió el polvo humano hasta hacer columnas aullando con el hambre que había en ellos 



La máquina dijo déjales que coman

La máquina era nuestra hambre por alimento

La máquina nos alimenta

A los que no les alimenta están hambrientos de comida y de justicia

Pero los alimentados no buscan justicia

Los alimentados tienen mucho más hambre que los que no lo están – es la ley de la máquina

Los alimentados roban de los que no lo están – esta es también la ley de la máquina

Y mientras roban del plato del otro tienen miedo de que otro pueda robar de su plato

No puedes tener libertad a costa de la represión de otro o crear justicia con rabia

Antes los tiranos moldeaban la historia pero ahora no había[1] tiranos – ni historia – ni necesidad           – ni origen

Había ninguna parte

Ninguna parte es el sitio de la máquina



La máquina es nuestra hambre

Cuando la gente venía a ser alimentada la máquina se los comía

La máquina trabajaba como antes pero se comía su propio producto

La máquina acabó con la necesidad

Ese día cada mente del mundo fue vaciada – se quedaron en blanco

El vacío duró un segundo u horas o eternamente

¿Quién puede decir cuánto duró cuando no hay pasado – ninguna parte – no hay origen?

¿En qué momento se vacía a la mente?

¿Cuándo el miedo bloquea a la mente en un momento y comida cae de la boca abierta y el hambre         crece?

Cuanto más comían más hambre y miedo tenían



No había pasado – ni futuro – ninguna parte -  ni origen

Los muertos no necesitan su esqueleto y en el momento del vaciado los vivos no necesitaron su carne

La especie humana murió

Así que fueron construidas prisiones

Entonces tiraron abajo las casas – no por pura rabia sino porque eran un impedimento para el               funcionamiento de las prisiones

La administración administraba ninguna parte y las gentes eran un estorbo para la administración – un   inconveniente para el ejercito

Los muertos fueron encerrados en un vasto mega suburbio residencial sin centro – su manera de hablar entre ellos era aullando

A los hambrientos se les encerró en una vasta prisión llamada Prisiondad[2] – como castigo se les hacía reír

Los ricos se encerraron en un gueto – jugaban con juguetes con los que aprendían a odiar – eran los mandarines del vandalismo



La imaginación es más lógica que la razón

La razón clona hechos y acumula conocimientos técnicos para que la ciencia pueda hacer útil a nuestra ignorancia

Cuando la razón destruye la imaginación nos volvemos locos

La imaginación crea la locura o lo humano

Crea lo humano cuando desea razonar

En los tiempos en que había un pasado – y futuro y origen – la imaginación creó al Demonio y a Dios para ayudarnos a ser humanos

Primero apareció el Demonio y creó a Dios

Imagina la terrible soledad del Demonio – creó a Dios para que lo consolase mientras se sentaba en su prisión

La Casa de Dios es la prisión y Dios no puede tener otra casa

En el pasado hicimos uso de la locura para mantenernos cuerdos

Pero cuando la maquina se llevó la necesidad y creó un hambre más grande que cualquiera de las avaricias enseñadas por el Demonio – demasiado grandes para ser saciadas por Dios – no había razón para tener ni a Dios ni al Demonio y se convirtieron en los iconos de los dementes

Ahora el espejismo del desierto no es un oasis con arroyos y palmeras

Es la horca – el foso – las sombras encadenadas a la pared



El hombre se sienta en su tumba y vomita dentro

Lo voy a anotar de la forma más simple posible

La razón y la imaginación son dos prácticas

En concurrencia son la paradoja por la cual vivimos

Aprende un oficio y practícalo para hacer aquello que es bello y busca lo que es justo – eso es lo que hace el sabio

Pero con nuestra vida es diferente: cuando hemos aprendido a vivir hemos muerto

Partimos en una dirección y viajamos hacia otra

Es como si pasásemos nuestras vidas hacia atrás

Escalamos el abismo sabiendo que vamos a caer

Nuestras descendientes son nuestra muerte

Trabajamos para construir una casa justa pero nuestros hijos tienen que destruirla para buscar justicia entre las ruinas



¿Cómo podemos vivir en esta paradoja?

¿Cómo podemos trasformar catástrofe en libertad?

¿Cómo podemos trasformar crimen en justicia?

¿Cómo podemos darle la vuelta a todas las leyes?

Es fácil: el reverso de todas las leyes es justicia.

El hombre justo reversa todas las leyes para así poder ser él mismo

La caída es una parada en el camino – parte del drama trágico

En tu vida hay un día en el que en la calle te cruzas con otro que es tú mismo

Es el mensajero que enviaste primero para saber cómo deberías vivir

El mensajero te saludará diciéndote que debes morir

Pero es el mensajero el que morirá – asistirás a su funeral y llorarás pero no podrás hacer nada más

Solo recuerda esto: no mates al mensajero

Si lo matas tu imaginación morirá

Un reaccionario vive en un ataúd con un espejo en su cubierta

La mayoría pasa sus vidas como prisioneros que sitian su propia prisión

Si te matas cuando te encuentras a ti mismo por la calle como si fuese el pasado – tus hijos recogerán y lavarán tu cuerpo pero no lo enterrarán

Lo pondrán a la cabeza de tu mesa y dando fuertes palmadas dirán tenemos hambre vamos a comer

Y tus hijos serán servidos como carne y bebida en tu mesa

Comerás y beberás y morirás de tu propia hambre

Un día la humanidad se murió

No había futuro – ninguna parte – ni origen

Nadie pudo encontrarse a sí mismo viniendo de frente en la calle

La máquina tocó una sirena para el día de la resurrección

Las tapas de los ataúdes saltaron y de ellos salieron desconocidos que no habían sido enterrados allí

El agua no reflejaba

El universo es un error con el que debemos aprender a vivir

Los jóvenes no necesitan asesinar a sus mayores porque han nacido ni los mayores encarcelar a los jóvenes por asesinato

Cada generación se engaña a sí misma a su manera pero aprende las mismas verdades



Es la lógica de la razón que cuando añadimos dos a dos son cuatro

Aprendemos esto y prosperamos

Pero a los injustos se les conduce al miedo por hambre y enfurecidos llaman al cuatro cinco y entonces la máquina está loca

No des a Dios máquinas para jugar con ellas – nos mata con juguetes

Cada grano de arena es el universo porque sin el universo no habría grano de arena

Si el grano se esfumase se llevaría consigo el universo

La eternidad se encuentra en un segundo porque el segundo no existiría sin eternidad

Esa es también la lógica de la razón

Entonces ¿cuántos cuerpos desnudos hay amontonados a las puertas del campo [de concentración]

¿Veinte?  ¿Cincuenta?  ¿Cien?

Toda la humanidad está en el montón – esa es la lógica de la imaginación



Todos aquellos que son o han sido o serán yacen a las puertas

Están dentro de ti y tú en ellos – los desnudos y rotos y enteros

Si no buscas justicia aquellos que vienen después cargaran con tu dolor y morirán de tus heridas

Y entonces debes cargar con su dolor y morir de hambre

El hambre por justicia nos hace humanos

La justicia es el reverso de todas las leyes




[1] No es un error.  En su original Bond llama al presente pasado “… now there was …”.
[2] En el original “Priscit”.




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miércoles, 11 de septiembre de 2013

REALISMO VERSUS NATURALISMO

Lo primero y más importante actuando las obras de Bond es marcar con categórica claridad la diferencia entre realismo y naturalismo.  Es la discusión más recurrente con actores y la que nunca acaba de fondear.

Dice Bond:

            “No intentes crear una ilusión de naturalismo.  El naturalismo es creado desde las ficciones, desde la ilusión de la realidad.  El teatro – drama – debe mostrar la realidad de esa ilusión.  Cuando se logra esto la realidad cambia – las ficciones por las que vivimos.  La ficción, la ilusión, falsas pretensiones – estos son los enemigos del arte.”  

Espero que ayude.

viernes, 12 de julio de 2013

INTRODUCCIÓN PARA LOS JÓVENES DE LA OBRA "AL LÍMITE" - THE EDGE - DE BOND.

Drama se remonta a los inicios de la civilización.  Su función fundamental es explorar y responder a la misma pregunta que se hacían los antiguos griegos hace ya 5.000 años: qué es ser un ser humano en el complejo mundo actual (Edward Bond en realidad va más allá y pregunta cómo proclamar nuestra humanidad en una sociedad des-humanizada.)  Tenemos los Derechos Humanos pero ninguno de ellos hace mención al derecho a ser un ser humano – y que el mundo sea el hogar de todos.    






























Los jóvenes no lo tenéis fácil.  Llegáis a un mundo en que tanto lo bueno como lo malo está ya establecido por vuestros antepasados – y en la balanza social e individual, lo malo sigue pesando mucho más que lo bueno.  En vuestro hogar – nuestro planeta - os vais a encontrar con problemas que os han sido impuestos desde fuera, desde el pasado; problemas por lo que no sois responsables pero a los que, sin ninguna duda, tendréis que enfrentaros durante vuestras vidas como adultos. 

Y tendréis que elegir: entre hacer el bien o el mal, entre lo bueno y lo malo, entre aquello que es beneficioso para vosotros ahora y lo que es beneficioso para vuestros hijos y los hijos de vuestros hijos; entre aquello que es bueno para ti como individuo y aquello que es bueno para toda la sociedad.  Es un problema que no se irá, que será siempre parte de ser un ser humano: preservar lo humano o dejarlo caer en el abismo. 

Ahora vivimos momentos especialmente críticos en una era que es fundamentalmente comercial y tecnológica.  El beneficio rápido y personal impone soluciones rápidas que obtienen con la ciencia.  Pero los problemas importantes requieren reflexión (esto es, hacer uso de la ética)  y, en vez de eliminar el problema por la vía rápida, hacer del problema un momento de creación.  Drama no elimina el problema, lo convierte en un momento creativo.  Como dice Edward Bond “Drama convierte a la realidad misma en nuestra herramienta para buscar respuestas humanas.”

Por eso estudiar, practicar Drama debería ser de importancia capital para todos y especialmente durante el periodo de enseñanza de los más jóvenes.  El futuro de la humanidad está en vuestras manos.  Debéis elegir y responsabilizaros por vuestra elección. 

Imagina: millones de personas usan sus coches para ir al trabajo.  Millones hacen muchos kilómetros cada día en carreteras y autovías repletas de otros coches y camiones y mientras viajan, millones escuchan la radio.  Y día tras día, esas radios anuncian que la ingente cantidad de gases que producimos con los coches y las fábricas están sobrecalentando el planeta como nunca antes y que las consecuencias serán catastróficas. Sin embargo, todos estos millones de conductores son incapaces de detener la combustión.  Han sido informados pero si no usan el coche y trabajan en las fábricas no alimentan a sus familias.  ¿Qué efecto tiene este aparentemente irremediable “viaje hacia la catástrofe” sobre la mente humana? ¿Cómo vivimos sabiendo que estamos alimentando una máquina que nos mata? 

En la obra Al Límite un joven (Ron) va a emprender una nueva vida “al otro lao der mundo.”  Pero antes encuentra accidentalmente un pobre viejo ebrio (Desconocido) tirado en la calle creando un dilema (es decir, debe tomar decisiones) que le persigue hasta su misma casa.  De pronto, la sala de estar de su madre (Sal) se convierte en un campo de batalla entre lo nuevo y lo viejo, el pasado, el presente y el futuro.  

Edward Bond ha comprometido su vida a escribir tragedias de enorme importancia para la gente de a pie; para esa mayoría que mes a mes lucha por llegar a fin de mes; para aquellos que incluso no llegan ni al fin de semana.  En su tiempo, podía haber vendido su gran talento a las repetidas invitaciones de Hollywood y haberse convertido en una persona “rica y famosa”.  Pero, como él mismo me ha dicho, habría sido como cometer una forma de suicidio.  Bond convierte a lo cuotidiano, a lo rutinario, a lo aparentemente sin importancia, en grandes momentos dramáticos.  Es nuestro Shakespeare.

J C Villa

Patio Edward Bond de la Juventud (Asociación registrada sin ánimo de lucro para la difusión de la obra de Edward Bond)


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sábado, 18 de mayo de 2013

REALIDAD Y REALISMO: EDWARD BOND'S "GRASS" (HIERBA)

INTRODUCCIÓN.


La correspondencia que he tenido con Bond desde el 2002 ha sido y es intensa.  La considero una mis pocas y más preciadas posesiones sin dudas añade trascendencia a los estudios dramáticos del gran autor.  Merecería ser de utilidad pública, de forma adecuada, cronológica y comedidamente contextuada. 

Porque leer y escuchar a Bond es más que un privilegio; es luz y esperanza en un mundo tóxico en tinieblas.  Pregúntate, ¿qué es filosofía?  La gran filosofía nos dice aquello que está ya dentro de nosotros, que ya sabemos — es conocimiento cognitivo.  Por supuesto, la idea ya existente en nuestro ser tiene forma abstracta y sin entrenamiento intelectual permanece aletargada — y pensar, realmente pensar, es el ejercicio humano más agotador, con mucho.  El filósofo simplemente ha adquirido unas herramientas semánticas con las que es capaz de concretizar la abstracción  ¿Prueba?  Seguro que toda mente inquieta, leyendo por primera vez una gran idea filosófica, se ha encontrado exclamando a sí mismo “¡Ah, es verdad!” como una explosión reveladora.  Ese “¡Ah, es verdad!” solo confirma que en nuestras mentes hay mucho más conocimiento de lo apreciado.  Esto sucede leyendo a Nietzsche: nunca quedará claro si era filósofo o poeta.  La gran poesía contiene intrínsicamente gran filosofía.  Bond nos ofrece una gran filosofía de drama, no por filósofo, sino como poeta. Pero un poeta materialista en el sentido marxista, un realista, “un melancólico del futuro” come dice él mismo.  Que no es otra cosa que saber, de una forma incluso dolorosa, urgente, que si las sociedades humanas no se esfuerzan por construir un futuro socialista y puramente democrático —porque uno no funciona sin el otro —, vamos hacia el horror, vamos hacia el abismo.  Y es esa honestidad de Bond, a veces brutal, intransigente, que no negocia, que al decirlo no mira si eres amigo o enemigo, con la que finalmente me he sentido en casa, en buen puerto —porque lo primero en drama no es la adulación, o las alianzas, o el beneficio, o la seguridad, sino la idea.

Desde temprana edad, en una sociedad de clases, los que como yo vienen de las clases trabajadoras más humildes, pronto aprendemos a recibir golpes en cada poro de nuestro cuerpo y psique: nos engañan, nos abusan, nos dirigen con sofisticadas formas de violencia, desde la educación institucionalizada hasta los empleos.  Nos colocan en un mundo donde todos somos enemigos de todos, donde competir por limitados recursos con toda clase de sucias estratagemas es legitimado y naturalizado por una ley que no nos ha preguntado ni por nuestro nombre; por una ley que ofrece venganza como justicia.  La ilusión es llevadera porque la mentira está estetizada.   Un fantástico melodrama; una gran soap-opera.  Lo llaman “igualdad de oportunidades”.    Sin darnos cuenta, nos convierten en cómplices de corrupción, nos enseñan a mentir y a aceptar mentiras como parte de una regla no escrita pero que todo el mundo sabe.  Para cuando somos adultos hemos aprendido que es imposible fiarse del “otro”, que hay tácticas y “buenos modales” que deben ser utilizados para seguir viviendo.  El teatro burgués es el gran celebrador de estas maestrías, del melodrama, de lo sutil, del gesto que significa su opuesto, de la máscara encima de la máscara, de leer entre líneas.  Una mentira dicha millones de veces que, con sus dos siglos de historia, desde su emancipación del yugo monárquico, se ha convertido en la gran verdad universal: capitalismo.  Como Nietzsche ya intuía, una sociedad capitalista es una sociedad en continuo estado de guerra.  Y como la guerra, es adictiva.  Como el drogadicto con su adicción, requerirá un esfuerzo sobrehumano y determinado para hacer una ruptura absoluta, para finalmente seguir construyendo episodios en la historia humana.  

En el siguiente poema, Grass, Bond nos habla magistralmente de esto.  Es un regalo que Bond me hizo cuando, en el año 2008, tuve que venir a España seis meses con mis hijos.  Bond espera que le escriba a menudo contándole de mis días a días, de mis ideas e impresiones.  Después de tantos años de ausencia, me tuve que enfrentar de nuevo con la burocracia española.  Con hijos, la escolarización, la seguridad social, homologaciones, los derechos y obligaciones, se convierten en bacanales de papeles, timbres, fotocopias, certificados, autentificaciones de identidad y bla, bla, bla.  En mis cartas le contaba a Bond de como impasibles trabajadores del aparato burocrático te mandaban a sellar un documento a oficina A, para en A decirte que tenias que ir a B, donde te explicaban que era a cinco kilómetros en C, que no, que era en D, para en D decirte que era de vuelta en A, donde la misma persona que te mando a B con la misma mirada muerta, perdida, sin voz, finalmente te estampa el timbre en el documento, “firme aquí y aquí”, una copia para ella y otra para ti y “el siguiente”.  Es un material antropológico, sociológico formidable.  Porque hay una relación entre este absurdismo burocrático que todos los españoles de a pie sufren, y el ethos de los españoles en su conjunto, desorganizado, frenético, como en estado de continua histeria, pícaro pero apático, irrespetuoso hacia el otro y con cierto espíritu anárquico; cuando conducen, cuando conversan hablando unos encima de otros, ya sea en la calle, en casa, o en los medios; de que los actos opresivos, irracionales de las estructuras del poder terminan proyectándose a través de los sujetos a los que oprime.   Pero no ahora. 

Con esto en mente, Bond me dedicó el poema Grass:


Hierba (La)

No camines en la hierba
El letrero no dice que no camines en la hierba

Si caminas en la hierba serás fusilado
Toda persona que camine en la hierba será fusilada
No está permitido caminar en la hierba: los infractores serán fusilados al amanecer
Esta prohibido caminar en la hierba: penalización por desobediencia muerte a tiros
Prohibido caminar en la hierba: incumplimiento dará lugar a procesamiento y a muerte por un pelotón de fusilamiento
Los padres de cualquier niño que esté caminando saltando corriendo o arrastrándose sobre la hierba serán fusilados y sus niños llevados a un orfanato
Las sillas de ruedas no pueden ser conducidas o empujadas sobre la hierba: los usuarios o empujadores de este tipo de vehículos serán disparados y sus vehículos confiscados
Cualquier persona vagando sobre la hierba en estado de embriaguez será primero rehabilitada y después fusilada
No camines en la hierba: el coste de las balas es una carga para los contribuyentes
Camina por los senderos
Los senderos se han establecido para tu orientación y uso
Camina sobre la grava

El letrero no dice fusilar
El letrero dice por favor

La ley debe contener la liturgia y la boca hacerse agua

Come la hierba
Es tu pan de cada día

E Bond, 29 03 2008

domingo, 5 de mayo de 2013

CARTA DE EDWARD BOND EN DEFENSA DEL DRAMA EN LA EDUCACIÓN


INTRODUCCIÓN A LA CARTA.

Desde la filosofía bondiana continuamente insistimos en las diferencias entre drama y teatro.  Teatro, en el mejor de los casos, entretiene, describe síntomas sin tocar las causas, cree ser “político” anunciando conflictos de actualidad que ya están relatados en los medios, corre como un ratón en su pequeña noria, creyendo ir a algún sitio; teatro se define con una miríada de variedades pero sirviendo siempre a la ideología dominante.  Drama es democracia. Drama pone a sus caracteres en los extremos para definir qué significa ser un ser humano – como individuo y en su relación con la sociedad en que vive.  Drama evita triunfalmente toda ideología porque es estrictamente fiel a la lógica de la acción y el pensamiento - humano.  Drama expone el problema de ser un ser humano y lo hace creativo y así demuestra que no hay “naturaleza humana” porque el ser humano no persiste incambiable, sino que la sociedad en que vive lo cambia y el humano mismo cambia su sociedad y, en situación de libertad y justicia, la cambia creativamente.  Como nos dice Edward Bond “Drama crea la realidad” aplastando la noción ya milenaria de que hay algo ahí fuera que no es humano,  que es “trascendental”: fantasmas, espíritus, dioses, lo mágico y el resto. 
(Para no confundir: la experiencia de lo sublime es otra cosa de un valor humano inmenso.  Pero el sublime como experiencia humana -y experiencia extrictamente con aspiraciones socialistas y éticas, por mucho que les pese a los derechistas y conservadores de toda índole- requeriría para sí un largo ensayo - lee "Acerca del sublime y lo bello" de Edmund Burke para empezar.) 

El gobierno del Reino Unido quiere eliminar drama de la educación primaria y secundaria. 
La enseñanza de drama ha formado parte del curriculum desde hace tantos años que en el reino de las patatas con pescado (fish & chips) se acepta como parte de la educación tradicional pública.  Es la herencia de tantos años de lucha por pocos derechos sociales –que además los británicos han estado perdiendo a marchas forzadas desde la llegada de M. Thatcher,  marchas aceleradas sin oposición durante el régimen de T. Blair y que continúa con la presagiada actual alianza conservadores-liberales – y, por supuesto, sin oposición política.

Pero tenemos que matizar que tampoco estamos defendiendo lo que había.  Ni yo ni Edward Bond ni otros relacionados con Bond. La metodología de la enseñanza del Drama que yo mismo he presenciado – sufrido – observando a enseñantes de drama y de otras áreas dentro de las aulas británicas quedaba muy, muy lejos de las aspiraciones bondianas por un Drama de verdad en la educación (pero existiendo, siempre hay posibilidad de avanzar a mejor; si logran eliminar Drama de las aulas, efectivamente será una catástrofe y un regreso a una educación de pre-guerra - mucho más elitista de lo que ya es, que es muy mucho.)     

En la inmensa mayoría de los casos, la enseñanza de drama que tuve que observar, estaba en las manos de enseñantes licenciados que dejaron la universidad sin haber entendido las diferencias entre drama y teatro.  Eran más enseñantes confundidos, desencantados y desesperados por mantener su salario – y por lo tanto totalmente determinados a obedecer las indicaciones de directores o subdirectores de escuelas, más interesados en aplicar disciplina y control que en explorar con los más jóvenes los lenguajes de la democracia, de lo humano, de lo social, de lo político; es decir Drama – que apasionados practicantes.  Uno de los ejemplos más escandalosos que mantengo en mi memoria – y en mis escritos – es el de una enseñante de drama que, clase después de clase, a sus estudiantes de secundaria, la primera media hora les mantenía recortando con tijeras personajes de obras de Shakespeare sacados de alguna revista de dudoso origen – eran más vulgares caricaturas.  Y la segunda media hora mirando en una pantalla la corrupta versión hollywoodiense de la obra de Shakespeare relacionada con los previos recortes – en este caso Romeo y Julieta.  “¿Por qué no dejarles practicar algunas líneas de la obra o preparar alguna situación dramática de su elección,” pregunté teniendo que usar el máximo tacto.  “Porque si pasa el director y hay bulla me crea problemas y no merece la pena” contestó.  No es coincidencia que esta escuela estaba situada en uno de esos numerosos barrios británicos ocupados por la underclass, como les llaman los sociólogos anglosajones  (el subproletariado para nosotros): masas ingentes de desempleados crónicos – o de su opuesto: padres que nunca están en casa porque super-explotados en algún trabajo sin cualificaciones - de familias disfuncionales, sin aspiraciones, con antecedentes, barrios violentos con sus calles vacías – excepto por bandas de niños y niñas buscando vandalizar algo o a alguien hasta altas horas de la noche.  En estas escuelas los enseñantes tienen bastante con mantener a los críos en clase, observar si llegan con marcas – por maltratos – y que comen algo.  Innecesario decir que es precisamente en estos sitios donde Drama se vuelve de importancia capital.

Un profesor de drama ligado a una revista especializada recientemente pidió a Bond escribir acerca de esta amenaza.  Esta fue su respuesta:

CARTA DE EDWARD BOND, (16 de abril, 2013).  Traducción: Dr. J C Villa

Querido G.

[...]  Negar a los niños drama es negarles un derecho de nacimiento.  Si tenemos claro qué es drama y cómo se relaciona con la educación, lo que van a hacer sería impensable.

Los seres humanos son complicados.  Para ser seres humanos tenemos que reconciliar deseos y necesidades, la mente y el cuerpo, la conciencia y la reflexión, el ser privado y el de la comunidad, la realidad y la imaginación, lo conocido y lo desconocido, las herencias y el futuro, lo trágico y lo cómico, la celebración y la aflicción, debemos controlar el presente pero empezamos obedeciendo al nacer y terminamos obedeciendo al morir – y todo ello dentro de un cuerpo delicado y con una mente afectada por el error.  Estas cosas viven en un conflicto fatal.  Tienen que remediarse con un modo de vida viable.  La naturaleza no puede hacer esto porque soluciona sus problemas matando, por lo tanto los seres humanos deben trascender a la naturaleza misma.  Esto los humanos solo lo pueden hacer dramatizándose a sí mismos y a su situación.  Cada uno de nosotros debe dramatizar su propia vida pero también tenemos que compartir con las comunidades nuestras vidas y para lograr esto debemos dramatizar nuestros compartidos “yos”.  Esto crea cultura.  Que la cultura trasciende a la naturaleza es más que obvio.  Nada de lo que nos proporciona la naturaleza nos hace humanos, ningún gen u órgano (ni siquiera el cerebro.)  Nosotros nos hacemos humanos dramatizando los opuestos y las polaridades que he descrito.  Drama es la escena esencial de los conflictos y sin embargo es en el drama donde estamos todos unidos: somos la especie dramática.  Históricamente las culturas se convierten en ideologías las cuales requieren una conformidad informada y, en momentos de tensión, obediencia.  Pero no podemos vivir del pasado y para seguir siendo humanos las culturas deben cambiar.  Es la diferencia entre evolución e historia.  Drama es cambio, su esencia es la creatividad.  No obstante la creatividad requiere libertad y por eso no hay libertad sin drama.  Es de una importancia suprema que los procesos del drama no sean aprendidos y cultivados por los jóvenes solamente en las calles.   Eso llevaría, no a la supervivencia de los mejores, sino a la de los menos aptos, de los despiadados y violentos.  Drama no es entretenimiento – el corazón del drama es una exigencia intransigente por lo humano.  L@s niñ@s y adolescentes son capaces de afrontar esa exigencia sólo cuando esta forma parte del mundo afectivo y escrupuloso dentro de la escuela, de su educación general.  Es dentro de la seguridad de la escuela donde pueden hacer frente a la intransigencia de los clásicos – y practicar cómo vivir con esa intransigencia en los problemas dramáticos de sus propios tiempos.

Hay ironía en la presente amenaza de eliminar drama de las escuelas, de la educación.  Un gobierno conservador abandona la filosofía del conservadurismo – abandonando el pasado, no solo su herencia sino más peligrosamente los modos creados por el pasado para conservar el futuro.  Eso no puede hacerse a través de la enseñanza, adhiriéndose solo a los requisitos de fabricación y negocios - ya que estos solo pueden satisfacer nuestras necesidades.  Trascender nuestras necesidades y cumplir con nuestras aspiraciones humanas son la base de la civilización.  La base de la democracia es poder tomar decisiones, y ser responsable por esas decisiones; el mercado elimina esa base.  Solo la libertad puede hacer eso y no hay libertad sin drama.

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sábado, 23 de febrero de 2013

INDICACIONES EN EL CAMINO


Un camino hacia Bond

La reificación capitalista progresivamente cancela el significado humano bajo “la esencia de la estructura mercantil (…) en todos sus aspectos” (Lukács, 1990: 83)  Con su énfasis en el significado del ser en el ser humano, la estrategia dramática de Bond aplica, en cierto sentido, la prescripción de Lukács contra la mente reificada.[1]


En una de sus cartas Bond me dice: “Mi problema es que necesito crear un teatro nuevo y radical pero sin esos trucos deslumbrantes - efectos reductivos y reaccionarios – que usan la mayoría de los autodenominados teatros nuevos y radicales”.


Para Lukács, la reificación comunica, transmite lo que es el sentido del proceso de ser cambiado en una cosa, lo que irremediablemente cambia la relaciones entre las personas mismas —por decirlo de una manera cruda “la gente adquiere el carácter de ser una cosa” (Lukács, 1990: 83), dejando atrás, o colocándolo en un plano secundario, su propia humanidad. 


El Objeto Invisible de Bond (IO) — un dispositivo dramático fundamental de su Teatro Evento (TE) (Davis, 2005: 90)  — recuerda a la noción de Lukács que la esencia del capitalismo es un problema oculto y que, sin embargo, puede ser perceptible en todas partes y en todo objeto.  Con el Objeto Invisible , Bond trata de hacer visible lo que está “escondido en la ideología y la convención”.


Arte auténtico y social estará fuera de nuestro alcance tanto tiempo como la desigualdad constituya el marco fundamental de nuestras sociedades. Con el fin de existir con verdadero peso, el arte necesita de una cultura humana, no una cultura de clase, que es donde todavía se sitúa (Villa, 2006).

En su celebrado estudio “La Sociología del Drama Moderno” (1914), nada más empezar el texto, Lukács afirmaba de forma inequívoca: “El drama moderno es el drama de la burguesía; el drama moderno es drama burgués” (in Bentley, 1992: 425).


Bibliografía:
Bentley, Eric (1992) The Theory of the Modern Stage, London: Penguin Books.

Davis, David (editor) (2005) Edward Bond and the Dramatic Child, Trentham Books Limited.

Lukács, Georg (1990) History and Class Consciousness: Studies in Marxist Dialectics, trans. by Rodney Livingstone, London: Merlin Press.

Villa Diez, César (2006) Rethinking Aesthetics in the Politics of Theatre: A Road to Edward Bond the Ethical, Vol. I & II, PhD thesis, University of Leeds. 





[1] Los del RAE, en su anquilosamiento, reconocen “reificación” pero prefieren llamarlo cosificación y desde este término ofrecen una pobre definición.  


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