patio bondiano

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Neuroeducación: por otra escuela. Se hace urgente promover las áreas creativas en la instrucción de nuestros jóvenes.





"Por eso cuando algo me gusta soy capaz de concentrarme mejor"

...

"No aprender por memorización sino por contextualización" : Drama sería de valor incalculable en el aula.

...

"Aprendemos mucho más trabajando cooperativamente que competitivamente."

...

"Tener a un alumno sentado durante 3 horas no tiene sentido."

...

"No es posible que un niño tenga ganas de aprender si tiene que hacer deberes hasta las 10 de la noche."

lunes, 30 de noviembre de 2015

No escribo obras para hacer dinero sino para no volverme loco. Es mi manera de hacer racional el mundo. (Un proceso que continúa)

"No escribo obras para hacer dinero sino para no volverme loco. Es mi manera de hacer racional el mundo."    - interview with Karl-Heinz Stoll, Interviews with Edward Bond and Arnold Wesker, Twentieth Century Literature, Vol. 22, No. 4, Dec. 1976.
"Con drama tienes que llevarte hasta la situación extrema, final, hasta sus últimas consecuencias. A los (antiguos) griegos les dijeron cosas muy, muy extremas en sus tragedias. Les decían que lo mejor que les podía pasar era no haber nacido – y que si les ocurría esa desgracia, la segunda mejor opción era morir joven. Y todos decían “¡Hurra!” y llenos de júbilo descendían a su ciudad. ¿Por qué? Porque confrontaron la situación extrema, no en Auschwitz sino en el Teatro Real."       - Edward Bond, the New York Times, February 18, 2001.


"Quiero recapitular mi rechazo hacia Brecht. Por supuesto que tenía buenas intenciones. Brecht es culpable por comisión y omisión - el uso público de sus dramas se ha convertido en una pretensión vacía. Embrutece al drama radical y – como resultado – conduce a teatros de ultraje y efecto vacíos. Pertenece al capitalismo occidental. Forma parte de la cultura del pensamiento lineal, de tratamiento. Esto es lo que ahora domina la sociedad. Tiene justificaciones obvias y es hábil. Pero no estamos en el mundo para ser buenos sino para cambiarlo. Lo cambiamos porque nos transformamos en los síntomas de la necesidad de cambiar.Si destruyes los síntomas destruyes el cambio. ¿Qué es un síntoma de la necesidad de cambiar – y qué de la indiferencia del universo? Necesitas entender como funciona la mente – y así puedes entender el significado de las acciones cuando las relacionas a sus situaciones. (El programa del drama.) Necesitas entender que lo humano es creado. De lo contrario nos estarás curando de nuestra humanidad. Durante el último siglo esto sucedió en algunos lugares aislados.Las posibilidades de que esto suceda otra vez se incrementan. Se debe al penetrativo poder de la tecnología, a la necesidad de la administración, y a las deformaciones sicológicas causadas cuando una especie lleva consigo la carga del imperativo humano mientras tiene que vivir en situaciones cada vez más injustas y peligrosas. Así ese imperativo por justicia se transforma en un ansia de venganza.Pero cuando perdemos lo humano no tenemos maneras de saber que lo hemos perdido. En Auschwitz no había posibilidad de tragedia. Cuando se pierde lo humano la diferencia radical entre los cuerpos de una fosa común y la gente caminando por la calle se pierde. Solo permanecen las diferencias triviales. Un grupo está muerto pero se mueve. No habrá diferencia entre la silla del dentista y la cámara de gas. Eso parece una declaración excesiva. Por supuesto."  - Carta a César, diciembre, 2004.
(Traducción C Villa, nov. 2015)

lunes, 2 de noviembre de 2015

sábado, 10 de octubre de 2015

"ME MATAN SI NO TRABAJO Y SI TRABAJO ME MATAN..." (Nicolás Guillén)

Politics as therapy: they want us to be just sick enough not to fight back
(Michael Richmond, opendemocracy, 9-10-2015)

Este artículo, "POLÍTICA COMO TERAPIA: NOS QUIEREN LO SUFICIENTEMENTE ENFERMOS COMO PARA NO COMBATIRLES," localiza un problema que nos afecta a muchos: depresión. El autor evalúa lo que ha sido su depresión crónica y obtiene una conclusión fundamentalmente bondiana (referida al autor Edward Bond​). Es decir que, como observa el autor, "Our social environment shapes our psychology" (NUESTRO ENTORNO SOCIAL CONFIGURA NUESTRA PSICOLOGÍA.) Esto me lleva a compartir aquí los objetivos urgentes de nuestra asociación PATIO EDWARD BOND DE LA JUVENTUD para que los que lean esta nota la repartan con generosidad así como el blog: http://haciaedwardbond.blogspot.com.es/. 

 No hay - ni probablemente lo habrá - lucro ni "empleabilidad" en llevar Drama a los institutos de educación, a los más jóvenes. Especialmente cuando los adultos con autoridad para incentivar Drama en las instituciones de educación, se esfuerzan en ignorar estos ofrecimientos repetidamente. Y sin embargo el beneficio social del Drama-en-la-Educación es inmenso. Un "secreto" - que todo el mundo sabe - a tener en cuenta: la lacra, la plaga de la desmotivación en las aulas. 



 La "desmotivación" en los más jóvenes es una forma blanda de nominar lo que en realidad es depresión. No es coincidencia que el autor abandonase sus estudios, primero de secundaria y después de la universidad por culpa de su "depresivo" estado psíquico. ¿La respuesta de su seguridad social? Prescripción médica de psicofármacos. Pero ¿cuáles son las expectativas económicas, sociales y/o culturales de los millones de jóvenes que ocupan las aulas diariamente? En el plano económico, solo en Europa, más de 20 millones de desempleados (2014) con nulas o ínfimas posibilidades de conseguir digna empleabilidad, independientemente de sus logros académicos; muchos más millones de personas que teniendo un empleo, es indigno y de total precariedad; en el plano social la total alienación entre el individuo y las leyes que regulan su vida, su situación social; en el plano cultural - ya sea música, teatro, cine o ahora el llamado performance art - infantilismo, fantasías que intentan pasar como "actos imaginativos," teatro autodenominado político pero que no va más allá de soplar el polvo de la superficie o nociones conceptuales ocultas que solo entienden el autor y sus colegas más cercanos. Para mi la más sangrante: la ausencia de sólidas estructuras sociales donde todos y todo lo que se hace es ÚTIL y beneficioso para esa misma sociedad y sus futuras generaciones. Y sin embargo hay salida de la depresión - o "desmotivación": entender las causas de esa situación social depresiva en que se vive y actuar en consecuencia. Esta es la condensada conclusión que extrae el autor de su auto-evaluación que no es sino ser más activo políticamente: organizarse, cooperar y nunca callar ni dejar que te callen. "TE QUIEREN LO SUFICIENTEMENTE ENFERMO COMO PARA QUE NO LES COMBATAS PERO NO TANTO QUE NO PUEDAS TRABAJAR" es lo que el autor extrae de su experiencia y de sus propios estudios. Y así llega a entender que no eres tu el disfuncional sino la sociedad que te has encontrado; entender que no eres culpable ni por estar desempleado ni por rechazar formar parte de la misma máquina que lo que realmente promete es la aniquilación. 

 Parece una conclusión de simple obtención pero no lo es para los chavales de 14-18 años. Requeriría una metodología de estudio que no está ofrecida en las aulas oficiales. Sin embargo, tenemos lo que ya los antiguos griegos usaron para intentar ser mejores seres humanos: Drama. Que los estudiantes pudieran DRAMATIZAR los problemas que nuestras complejas sociedades crean y sus causas, convertiría a los centros educativos en verdaderos centros de instrucción y comprensión humana, en centros de excelencia - que no tiene nada que ver con la "excelencia" de la que tanto hablan los profesores de los campus de administración de empresas o derecho mercantil; una excelencia que es en realidad la ideología burgués del máximo beneficio con la mínima inversión. Pero sobre todo Drama es la única herramienta donde es posible palpar con los sentidos, con la práctica, aquello que en la teoría es impalpable e indefinido: la ética. Porque en su conclusión dialéctica más absoluta eso es lo que el Drama de Sófocles, de Shakespeare, de Bond es: ética.

sábado, 19 de septiembre de 2015

TALLER "hacia Edward Bond"

Puedes escribir, usar las variadas redes sociales, dar ponencias, publicar ensayos o libros, pero no hay nada tan valioso y tan satisfactorio en la difusión bondiana como un taller, como un espacio donde las preguntas y las respuestas son inmediatas; súbitos gestos a veces expresan más que volúmenes; donde la teoría ayuda y explica a la práctica y viceversa.

La evaluación final y anónima de los participantes hacia este taller intensivo de 90 horas sobre la obra y filosofía de Edward Bond -el actor en las obras de Bond - y de los administradores y organizadores del centro cultural de la Junta de Andalucía en Granada fue de "extraordinaria."

(puedes descargar el documento pinchando sobre el link:)
Evaluaciones anónimas de los actores y actrices participantes.

Bien pero...

Instituciones, Escuelas de Teatro privadas y públicas, asociaciones, actores, actrices y aficionados: Llamadnos!  Encontremos un tiempo y espacio para explorar Bond.

Edward Bond sigue siendo fundamental en las artes, una asignatura pendiente, sobre todo porque  su trabajo, sus ideas, su filosofía es humanamente útil.  Como la imaginación - no confurdirlo con fantasía - Drama es una "herramienta" que se supone es primeramente útil.  Para la incipiente democracia de los antiguo griegos Drama era una necesidad, una herramienta para entenderse a sí mismos en un mundo humano que requería urgentemente ser mejores o sucumbir.




"the actor needs to physically perform what the imagination in his mind is doing to him – that even the dead can (seemingly) move to make an act of kindness."
(El actor necesita actuar físicamente lo que su imaginación le hace a sí mismo - tanto que incluso los muertos (aparentemente) pueden moverse para realizar un acto de bondad.)
Bond, agosto del 2015



 "At the basis of my work is the difference between theatre and drama"
(A la base de mi trabajo está la diferencia entre teatro y drama)


 "They share some similarities (most of them technical) but they have totally opposed purposes."
(Comparten -drama y teatro - algunas similitudes (la mayoría técnicas) pero tienen objetivos totalmente opuestos)
Bond, agosto del 2015

Las grandes ideas no producen el mismo impacto en las personas.  Las grandes ideas necesitan intimidad; necesitan dedicación y concentración.  Textos nunca deben ser leídos por encima, mientras se viaja o al pie del televisor, saqueándolos.








Los humanos se percatan del caos cuando lo dramatizan.

... drama no es una lección - no es toda esa basura brechtiana.
Bond, octubre del 2011.
 Actuar en una obra de Bond parece difícil y lo es.  Pero solo porque los actores tenemos contaminaciones de la escuela burguesa que no funcionan en la obra bondiana.  El gesto gratuito, los trucos adquiridos, lo conceptual o abstracto, no sirven.  No hay búsqueda de lo trascendental - y mucho menos creer que se puede crear lo trascendental. La realidad de los seres humanos no es "mágica." En pocas palabras: haz lo que dice en la lata, ni más ni menos.
 Pero eso tampoco quiere decir que el actor es algo estático, muerto.  Al contrario.  Las emociones deben ser tan libres como las expresiones corporales. Necesitas encontrar ese equilibrio que no es otro que obtener significado de la realidad - otra vez, significado humano.
 El actor bondiano necesita entender que es el Objeto Invisible de una obra y cuál es su centro - de gravedad.  Esto no es un misterio, algo creado para "dificultar" algo que en realidad es sencillo.  El actor del consumismo y la tecnología se distrae fácilmente.  El actor bondiano tampoco es actor para ser una estrella del Hollywood-Bollywood-West End ethos sino para ser un ser humano.
 "You can be an expert in a technique or resource or social structure. But can you be an expert in yourself? You can be an expert marriage guidance councillor but not in  your own marriage -- that requires abilities other than expertise."
Bond, febrero del 2013

(Puedes ser un experto en una técnica o recurso o estructura social. Pero, ¿puedes ser un experto en ti mismo)  Puedes ser un experto en reconciliación matrimonial pero no en tu propio matrimonio - eso requiere habilidades distintas del experto.)




El Objeto Invisible es aquello cuyos valores sociales son creados por la ideología pero que son invisibles por la cotidianeidad de la vida diaria.   Tampoco tiene que ser un objeto.  Puede ser cualquier cosa: una cara, un hombro o la taza en tus manos.  Es el actor que al entrar en el evento extremo hace visible lo invisible, a la audiencia y a sí mismo.

  "Drama’s only subject is justice. That is why society created the institutions of drama, the public stages. All cultures -- all individuals -- must seek justice. If they don’t seek it they betray their humanness, and then there is a strange consequence: they must take revenge on themselves. That is the profound paradox built into the structure of drama and into humanness itself."
Bond, abril del 2013.
(El único sujeto, asunto o tema del Drama es la justicia.  Es por lo que la sociedad creó las instituciones del Drama, la escena pública.  Todas las culturas - todos los individuos - deben buscar justicia. Si no la buscan traicionan lo humano que hay en ellos mismos y entonces hay una extraña consecuencia: se deben vengar de sí mismos. Esa es la profunda paradoja integrada en la estructura del Drama y en la misma condición humana .)

miércoles, 29 de julio de 2015

BOND: OFRECER EL DRAMA DE LA SOCIEDAD.

El siguiente texto es una carta reciente de Edward Bond apoyando tanto a el drama en la educación como a la compañía Big Brum de Birmingham. Leer a Bond siempre es refrescante y por ende puede que sea útil a todos aquellos que estén o quieran estar en la escena.   De parte de uno de los autores vivos más importantes de nuestros tiempos.

EDWARD BOND: POR UN DRAMA DE LA SOCIEDAD – DRAMA EN LA EDUCACIÓN

La Ilustración tuvo lugar hace unos trescientos años. Hasta entonces a los trabajadores se les consideraba como a ganado. Durante la Ilustración científicos hicieron nuevos descubrimientos acerca del mundo – Galileo, Newton, Descartes. Mostraron que las descripciones que tenía la autoridad sobre el mundo eran erróneas. Por lo tanto, ¿por qué debería ser correcta la descripción que tenía la autoridad sobre la gente? - la misma gente que estaba haciendo los nuevos descubrimientos. Esto necesariamente condujo a un nuevo entendimiento político. Kant desafió a la gente a pensar por sí mismos.

Al mismo tiempo nuevas formas de hacer dinero fueron descubiertas. La riqueza ya no solo provenía de la tierra. También se obtenía de la maquinaría, la tecnología, la ciencia. Pero las estructuras políticas del viejo mundo todavía dominaban la cultura. La nueva sociedad fue forzada a vivir dentro de las viejas estructuras de clase. En efecto el uso de la razón para entendernos a nosotros mismos (del mismo modo que podíamos entender más acerca del mundo) fue reemplazado por la tecnología, por una nueva forma de usar el mundo. La clase trabajadora no tenía tierra. Se la robaron con las Actas de Cercamiento (the Enclosure Acts.)1 Así la clase trabajadora fue forzada a trabajar en las nuevas fábricas y en vez de ser los nuevos seres humanos emancipados todavía eran tratados como ganado. Esto condujo a un aumento de la resistencia y oposición política, a ideas modernas como democracia. Empezó principalmente en Gran Bretaña pero pronto se propagó a otros países de Europa y de América. Estos cambios, tecnológicos y económicos, provocó una lucha internacional entre y contra poderes extranjeros por dos cosas: materias primas y todavía más mano de obra barata, para los mercados y la producción. La política generalmente vive en estado de confusión porque no describe una situación sino que usa valores morales para interpretarla - y estos varían culturalmente. Estas tensiones internacionales nos llevaron a dos guerras mundiales: a las clases trabajadoras se las pidió morir para defender las mismas sociedades cuyos dueños eran la misma gente que les explotaba y que les trataba como ganado. Obviamente esto condujo a un incremento de los disturbios y la agitación. La ideología no podía decirles “queremos que mates y te maten para poder tener mercados más grandes” – en su lugar dijeron que tenían que morir por Inglaterra o Gran Bretaña (o como era el caso, por Alemania.) La Primera Guerra Mundial se luchó para crear una nueva tierra donde vivieran héroes– no para que el ganado humano viviese y muriese en la miseria.

La batalla económica por mercados y beneficios produjo la Gran Depresión de las entreguerras. A su vez esto produjo una nueva forma avanzada de explotación: fascismo, el cual combina los artilugios financieros y económicos con una distorsión de la imaginación. Hubo una razón específica para distorsionar la imaginación. La siguiente Gran Guerra no podía ser luchada, como habían sido luchadas en el pasado, con la llamada a la obediencia y el deber. Dados los cambios políticos que he mencionado, la participación de la clase obrera dependía de un apoyo mucho más activo. Y por eso de la noche a la mañana el ganado humano fue transformado en guerreros patriotas, en “la guardia real de la libertad” y en Das Volke (los escogidos de dios; la raza superior.)¡Una transformación cultural extraordinaria! De esto se deduce la función de la imaginación en la política moderna. Ahora que se viven tiempos de penuria económica y social, de agitaciones internacionales, siempre habrá una vuelta a la derecha política – y como esto no resuelve nada, en última instancia a la extrema derecha. Hace más o menos cuarenta años esto empezó a suceder en este país (Reino Unido.) El gobierno laborista de postguerra estableció un estado de bienestar que no estaba basado en el “Das English Volk” sino en la Ilustración que había empezado hace trescientos años. Pero incluso en el estado de bienestar la sociedad era todavía espantosamente injusta. Las viejas clases tenían aun todo el poder. Así que la clase trabajadora – la clase mayoritaria – sumieron al país en huelgas por una sociedad más justa y por mayor participación en el gobierno. Es extraordinario observar como incluso hoy la prensa de derechas insiste que esto hizo que el país fuese ingobernable – porque dicen esto en un momento en que el capitalismo y sus agentes han llevado al país al mismo borde del desastre total. La solución fue hacerles a los pobres todavía más pobres. En respuesta a los ciclos de caos del capitalismo, la derecha hizo un nuevo pacto con el diablo. Ideó un sistema político y financiero nuevo: se llamó neoliberalismo, laissez faire dejado llevar a lo más extremo. Las instituciones que controlaban a los banqueros, financieros e inversores fueron abolidas. El mercado resolvería por sí mismo los problemas del capitalismo. Todo se ponía a la venta para obtener beneficios todavía más grandes. Esto ha llevado a la destrucción de “la sociedad del bien-hacer-bien-estar” y a convertir en desechos los sacrificios de millones de soldados y trabajadores que murieron por esa sociedad.

¿Cómo es posible que una sociedad de la tecnología moderna produzca pobreza, abandono, desechos y tal brecha entre pobres y ricos? La respuesta de Thatcher fue simple. No hay sociedad. E irónicamente esto se suponía que nos llevaría a la Gran Sociedad. Puedes ver como funciona la corrupción de la imaginación. Gran Bretaña no es una Gran Sociedad. Es una sociedad enferma y su cultura es sórdida. El resultado es un desgarramiento de la razón y la imaginación, de la cultura y de la practicalidad. La sociedad se vuelve peligrosa. Vuelve la pobreza. Pero hay una vuelta de tuerca nueva. Ahora somos la sociedad del entretenimiento. Durante los últimos treinta años la sociedad ha sido presa de una extraña histeria. Combina entretenimiento y espectáculo con deuda, ansiedad, pobreza y pánico. Se muestra a la pobreza como una pieza prácticamente aceptable de la sociedad – al menos a los ricos – mientras el entretenimiento continua. Esta histeria es extrañamente parecida a la que cautivó a la Alemania Nazi de los años 30. Cuando todo debe ser vendido, cuando el mercado es determinado por las ventas rápidas, entonces la misma producción se convierte en un algo grotescamente nihilista – todo se hace banal, trivial, simplificado, de mal gusto, de desechos, sin las complejidades y las sutilezas que nos hacen humanos. El mercado corrompe la imaginación cultural. En vez de que la imaginación penetre detrás de la apariencia de las cosas para revelar las verdaderas necesidades humanas, el mercado se usa para estimular avaricia y pánico. Hasta la misma juventud está dañada. Hay jóvenes que en vez de estar a la vanguardia de la razón y de las fuentes de la creatividad – como es natural para la juventud – son reaccionarios, apoyando a las derechas políticas para encontrar chivos expiatorios a los que culpar de su inevitable baja posición social en la escalera económica – después de todo, la base de la economía capitalista siempre será ocupada por una mayoría no por la élite. Es un hecho económico que la base de la montaña tiene que ser más grande que sus picos.

Para justificar su ira contra sus enemigos Hitler no dijo que eran ganado humano – dijo que no eran ni humanos. Si describes cualquier ser humano – aunque solo sea uno – como no humano, corrompes la imaginación que necesitas para entender lo humano que hay en ti. Thatcher fue un paso más allá que Hitler. Ella dijo que no había sociedad. Solo había la familia y sus incestuosas obras financieras. Pero cuando solo hay familia y no hay sociedad entonces todos aquellos que no son parte de la familia no son humanos. Si no hay sociedad no hay seres humanos porque es la sociedad quien hace humanos. El mercado de Thatcher es una vuelta al mercado del ganado humano. Es la lógica del neo-liberalismo. Por supuesto, sus efectos llegaran despacio – pero llegarán. Thatcher ha traspasado, violado, el terreno fundamental de la civilización humana – la concordia de la comunidad. El thatcherismo es una pistola cargada escondida bajo una cubre-tetera.

Todas las sociedades tienen estructuras. Hay un arriba y un abajo. Pero hoy en Gran Bretaña no tenemos esto: tenemos un arriba y un abajo, abajo, abajo, abajo, abajo. Los talleres y representaciones que Big Brum2 lleva a sus jóvenes audiencias no es entretenimiento ni tampoco el incesante estímulo enervante del mercado. Big Brum respeta la humanidad de sus audiencias y les capacita a compartir sus problemas – que son serios – y sus percepciones – que son profundas. Muchos de estas audiencias viven entre los que están abajo abajo abajo abajo abajo. Ahora Big Brum está amenazado con la retirada de su financiación y su cierre. Si Big Brum cierra, sus audiencias serán forzadas a descender un peldaño más abajo. Abajo abajo abajo abajo abajo – y más abajo. Big Brum no ofrece entretenimiento engañoso sino el drama de la sociedad.
Edward Bond, 26 de febrero 2015
(Traducción: César Villa)

1 A partir del siglo XVI y hasta bien entrado el siglo XIX, la élite inglesa cercó los terrenos comunales que hasta entonces había cultivado la gente durante siglos en favor de los ricos y terratenientes. Como consecuencia de esta ley los campesinos tenían que pagar tanto para hacerse dueños como para usarlas y prácticamente todo el campesinado las perdieron dejándoles de forma efectiva sin hogar. Los grandes dueños de hoy en Inglaterra son los herederos de aquella injusticia.



2 Big Brum, con su director Chris Cooper, es una compañía de teatro independiente cuyo trabajo se centra en la juventud, difundiendo aquellas obras que Edward Bond escribe para la juventud, montando tanto representaciones como talleres, tanto en teatros como en las instituciones de enseñanza. Ha coleccionado éxitos rotundos en el ámbito de la enseñanza durante los últimos 20 años y es un grupo altamente reconocido tanto en Gran Bretaña como en el área internacional.      

Nuestros hijos nos acusarán - Las preguntas serias forman parte de este camino





Las preguntas y respuestas de esta comunidad francesa son un ejemplo a seguir para tantas y tantas comunidades españolas que viven en el medio de gigantescos polvorines químicos, que viven en contacto diario con la gigantesca industria del monocultivo, ya sea grano, olivos, frutales, donde miles de toneladas de pesticidas y fertilizantes químicos son usados de forma continuada.  Aquí también ha habido un claro y exponencial aumento de canceres, de alergias, de deficiencias de atención y otras dolencias entre la población infantil.  ¿De verdad creemos que una cosa no está relacionada con la otra?

En pocas palabras


sábado, 4 de abril de 2015

LOS NADIES de Eduardo Galeano - imprescindible en el camino hacia Bond



Sueñan
las pulgas con comprarse un perro

y
sueñan los nadies con salir de pobres,

que
algún mágico día llueva de pronto la buena suerte,

que
llueva a cántaros la buena suerte;

pero
la buena suerte no llueve ayer,

ni
hoy, ni mañana, ni nunca.

Ni
en lloviznita cae del cielo la buena suerte,

por
mucho que los nadies la llamen,

aunque
les pique la mano izquierda,

o
se levanten con el pié derecho,

o
empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de los
nadies,

los
dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,

corriendo
la liebre, muriendo la vida,

jodidos,
rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino
dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que
no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino
folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que
no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino
número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la
crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos
que la bala que los mata.
The Nobodies
Fleas dream of buying a
dog,
and the nobodies dream
of coming out of poverty,
that one magic day good
luck will suddenly come raining down,
that good luck will
rain down by the buckets,
but good luck doesn’t
rain yesterday,


nor today, nor
tomorrow, nor never. not even in sprinklings does good luck fall from
heaven, no matter how much the nobodies scratch their left hand, or
stand up with the right foot, or begin the year by changing
brooms.
The nobodies, the sons of nobodies, the owners of
nothing.
The nobodies, the no ones, the nobodied, chasing the
hare, dying of life, screwed, rescrewed:
That are not, even though
they are.
That speak not language, but dialects.
That profess
not religions, but superstitions.
That make not art, but
crafts.
That practice not culture, but folklore.
That are not
human beings, but human resources.
That have no face, but
arms.
That have no name, but a number.
That figure not in
universal history, but in the red pages of the local press.
The
nobodies, that are worth less than the bullet which slays them.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Carta reciente de Bond apoyando Drama en la Educación

La Ilustración tuvo lugar hace unos trescientos años. Hasta entonces a los trabajadores se les consideraba como a ganado. Durante la Ilustración científicos hicieron nuevos descubrimientos acerca del mundo – Galileo, Newton, Descartes. Mostraron que las descripciones que tenía la autoridad sobre el mundo eran erróneas. Por lo tanto, ¿por qué debería ser correcta la descripción que tenía la autoridad sobre la gente? - la misma gente que estaba haciendo los nuevos descubrimientos. Esto necesariamente condujo a un nuevo entendimiento político. Kant desafió a la gente a pensar por sí mismos.

Al mismo tiempo nuevas formas de hacer de dinero fueron descubiertas. La riqueza ya no solo provenía de la tierra. También se obtenía de la maquinaría, la tecnología, la ciencia. Pero las estructuras políticas del viejo mundo todavía dominaban la cultura. La nueva sociedad fue forzada a vivir dentro de las viejas estructuras de clase. En efecto el uso de la razón para entendernos a nosotros mismos (del mismo modo que podíamos entender más acerca del mundo) fue reemplazado por la tecnología, por una nueva forma de usar el mundo. La clase trabajadora no tenía tierra. Se la robaron con las Actas de Cercamiento (the Enclosure Acts.)1 Así la clase trabajadora fue forzada a trabajar en las nuevas fábricas y en vez de ser los nuevos seres humanos emancipados todavía eran tratados como ganado. Esto condujo a un aumento de la resistencia y oposición política, a ideas modernas como democracia. Empezó principalmente en Gran Bretaña pero pronto se propagó a otros países de Europa y de América. Estos cambios, tecnológicos y económicos, provocó una lucha internacional entre y contra poderes extranjeros por dos cosas: materias primas y todavía más mano de obra barata, para los mercados y la producción. La política generalmente vive en estado de confusión porque no describe una situación sino que usa valores morales para interpretarla, y estos varían culturalmente. Estas tensiones internacionales nos llevaron a dos guerras mundiales en las cuales a las clases trabajadoras se las pidió morir para defender las mismas sociedades cuyos dueños eran la misma gente que les explotaba y que les trataba como ganado. Obviamente esto condujo a un incremento de los disturbios y la agitación. La ideología no podía decirles “queremos que mates y te maten para poder tener mercados más grandes” – en su lugar dijeron que tenían que morir por Inglaterra o Gran Bretaña (o como era el caso, por Alemania.) La Primera Guerra Mundial se luchó para crear una nueva tierra donde vivieran héroes– no para que el ganado humano viviese y muriese en la miseria.

La batalla económica por mercados y beneficios produjo la Gran Depresión de las entreguerras. A su vez esto produjo una nueva forma avanzada de explotación: fascismo, el cual combina los artilugios financieros y económicos con una distorsión de la imaginación. Hubo una razón específica para distorsionar la imaginación. La siguiente Gran Guerra no podía ser luchada, como habían sido luchadas en el pasado, con la llamada a la obediencia y el deber. Dados los cambios políticos que he mencionado, la participación de la clase obrera dependía de un apoyo mucho más activo. Y por eso de la noche a la mañana el ganado humano fue transformado en guerreros patriotas, en “la guardia real de la libertad” y en Das Volke (los escogidos de dios; la raza superior.)¡Una transformación cultural extraordinaria! De esto se deduce la función de la imaginación en la política moderna. Ahora que se viven tiempos de penuria económica y social, de agitaciones internacionales, siempre habrá una vuelta a la derecha política – y como esto no resuelve nada, en última instancia a la extrema derecha. Hace más o menos cuarenta años esto empezó a suceder en este país (Reino Unido.) El gobierno laborista de postguerra estableció un estado de bienestar que no estaba basado en el “Das English Volk” sino en la Ilustración que había empezado hace trescientos años. Pero incluso en el estado de bienestar la sociedad era todavía espantosamente injusta. Las viejas clases tenían aun todo el poder. Así que la clase trabajadora – la clase mayoritaria – sumieron al país en huelgas por una sociedad más justa y por mayor participación en el gobierno. Es extraordinario observar como incluso hoy la prensa de derechas insiste que esto hizo que el país fuese ingobernable – porque dicen esto en un momento en que el capitalismo y sus agentes han llevado al país al mismo borde del desastre total. La solución fue hacerles a los pobres todavía más pobres. En respuesta a los ciclos de caos del capitalismo, la derecha hizo un nuevo pacto con el diablo. Ideó un sistema político y financiero nuevo: se llamó neoliberalismo, laissez faire dejado llevar a lo más extremo. Las instituciones que controlaban a los banqueros, financieros e inversores fueron abolidas. El mercado resolvería por sí mismo los problemas del capitalismo. Todo se ponía a la venta para obtener beneficios todavía más grandes. Esto ha llevado a la destrucción de “la sociedad del bien-hacer-bien-estar” y a convertir en desechos los sacrificios de millones de soldados y trabajadores que murieron por esa sociedad.

¿Cómo es posible que una sociedad de la tecnología moderna produzca pobreza, abandono, desechos y tal brecha entre pobres y ricos? La respuesta de Thatcher fue simple. No hay sociedad. E irónicamente esto se suponía que nos llevaría a la Gran Sociedad. Puedes ver como funciona la corrupción de la imaginación. Gran Bretaña no es una Gran Sociedad. Es una sociedad enferma y su cultura es sórdida. El resultado es un desgarramiento de la razón y la imaginación, de la cultura y de la practicalidad. La sociedad se vuelve peligrosa. Vuelve la pobreza. Pero hay una vuelta de tuerca nueva. Ahora somos la sociedad del entretenimiento. Durante los últimos treinta años la sociedad ha sido presa de una extraña histeria. Combina entretenimiento y espectáculo con deuda, ansiedad, pobreza y pánico. Se muestra a la pobreza como una pieza prácticamente aceptable de la sociedad – al menos a los ricos – mientras el entretenimiento continua. Esta histeria es extrañamente parecida a la que cautivó a la Alemania Nazi de los años 30. Cuando todo debe ser vendido, cuando el mercado es determinado por las ventas rápidas, entonces la misma producción se convierte en un algo grotescamente nihilista – todo se hace banal, trivial, simplificado, de mal gusto, de desechos, sin las complejidades y las sutilezas que nos hacen humanos. El mercado corrompe la imaginación cultural. En vez de que la imaginación penetre detrás de la apariencia de las cosas para revelar las verdaderas necesidades humanas, el mercado se usa para estimular avaricia y pánico. Hasta la misma juventud está dañada. Hay jóvenes que en vez de estar a la vanguardia de la razón y de las fuentes de la creatividad – como es natural para la juventud – son reaccionarios, apoyando a las derechas políticas para encontrar chivos expiatorios a los que culpar de su inevitable baja posición social en la escalera económica – después de todo, la base de la economía capitalista siempre será ocupada por una mayoría no por la élite. Es un hecho económico que la base de la montaña tiene que ser más grande que sus picos.

Para justificar su ira contra sus enemigos Hitler no dijo que eran ganado humano – dijo que no eran ni humanos. Si describes cualquier ser humano – aunque solo sea uno – como no humano, corrompes la imaginación que necesitas para entender lo humano que hay en ti. Thatcher fue un paso más allá que Hitler. Ella dijo que no había sociedad. Solo había la familia y sus incestuosas obras financieras. Pero cuando solo hay familia y no hay sociedad entonces todos aquellos que no son parte de la familia no son humanos. Si no hay sociedad no hay seres humanos porque es la sociedad quien hace humanos. El mercado de Thatcher es una vuelta al mercado del ganado humano. Es la lógica del neo-liberalismo. Por supuesto, sus efectos llegaran despacio – pero llegarán. Thatcher ha traspasado, violado, el terreno fundamental de la civilización humana – la concordia de la comunidad. El thatcherismo es una pistola cargada escondida bajo una cubre tetera.

Todas las sociedades tienen estructuras. Hay un arriba y un abajo. Pero hoy en Gran Bretaña no tenemos esto: tenemos un arriba y un abajo, abajo, abajo, abajo, abajo. Los talleres y representaciones que Big Brum2 lleva a sus jóvenes audiencias no es entretenimiento ni tampoco el incesante estímulo enervante del mercado. Big Brum respeta la humanidad de sus audiencias y les capacita a compartir sus problemas – que son serios – y sus percepciones – que son profundas. Muchos de estas audiencias viven entre los que están abajo abajo abajo abajo abajo. Ahora Big Brum está amenazado con la retirada de su financiación y su cierre. Si Big Brum cierra, sus audiencias serán forzadas a descender un peldaño más abajo. Abajo abajo abajo abajo abajo – y más abajo. Big Brum no ofrece entretenimiento engañoso sino el drama de la sociedad.

Edward Bond 26 febrero 2015.
(traducción: César Villa)


1 A partir del siglo XVI y hasta bien entrado el siglo XIX, la élite inglesa cercó los terrenos comunales que hasta entonces había cultivado la gente durante siglos en favor de los ricos y terratenientes. Como consecuencia de esta ley los campesinos tenían que pagar tanto para hacerse dueños como para usarlas y prácticamente todos las perdieron dejando a todo el campesinado de forma efectiva sin hogar. Los grandes dueños de hoy en Inglaterra son los herederos de aquella injusticia.


2Big Brum, con su director Chris Cooper, es una compañía de teatro independiente cuyo trabajo se centra en la juventud, difundiendo aquellas obras que Edward Bond escribe para la juventud, montando tanto representaciones como talleres, tanto en teatros como en las instituciones de enseñanza. Ha coleccionado éxitos rotundos en el ámbito de la enseñanza durante los últimos 20 años y es un grupo altamente reconocido tanto en Gran Bretaña como en el área internacional.      

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martes, 17 de marzo de 2015

¿POR QUÉ ANHELAS UNA SOCIEDAD SOCIALISTA? PORQUE ANHELAS VOLVER A CASA.

 I

Desde siempre hablamos de que la izquierda no logra pasar de los deseos a la acción, de las aspiraciones al poder de verdad porque estamos divididos. Pero el fin es, o debería ser, el mismo para todos. A mi me preocupa el hecho de que quizás los fines – aquellos fines que se originaron en las mentes de los luchadores por justicia a finales del XIX principios del XX – han pasado al olvido en las mentes de demasiados. Los fines para todos – para socialistas, comunistas, anarquistas, etc – eran tres pilares fundamentales: abolir la diferencia de clases, abolir el capital y abolir la propiedad privada – esto se llamaba la sociedad socialista. (Llegar a este tipo de sociedad simplemente es la evolución humana natural claramente escrita en la historia oficial. Ahora sabemos que llegar a lo demandado, de forma racional, sin holocaustos, sin la furiosa, asesina oposición de la élite, parece una imposibilidad; pero llegará.) Los diferentes nombres de izquierdas indicaban diferentes medios pero para llegar al mismo fin. Los últimos 70 años nos han probado que los medios de algunos intentos – Rusia, Corea, China o la misma Europa con la continua degeneración de socialismo en social-democracia - se corrompían rápidamente tanto por la corrupción interna de los líderes como, más especialmente, las incesantes presiones externas de los estados capitalistas. Pero si lees las Constituciones tanto de la Ex Unión Soviética como de Cuba, los fines eran exactamente eso: llegar a una sociedad libre, avanzada, sin líderes ni diferencias, sin privilegios. Recuerdo a Fidel Castro cuando, inmediatamente después de tomar La Habana, habiendo acabado con la dictadura de Batista, visiblemente cansado pero eufórico, sentado en un sofá rodeado de su esposa e hijos, un periodista norte americano le hacía la típica pregunta frívola “bien, ahora que ha ganado ¿no es tiempo de afeitarse la barba?” A lo que Castro respondía con absoluta tranquilidad algo así como “cuando en Cuba tengamos libertad de verdad, sin necesidad de líderes y sin privilegios me quitaré la barba.” Castro fue totalmente leal a su dictum porque nunca se quitó la barba.

Activistas de izquierdas son de izquierdas por varios motivos. George Orwell, que era un observador de alta precisión, describió varios tipos en su “Camino a Wigan Pier” (1937) y que todavía casi 80 años después siguen sonando a verdad hoy. Por una parte, dice Orwell, el tipo socialista típicamente clase trabajadora, todo corazón pero sin formación, irracional e instintivo; por otra parte el intelectual, entrenado en libros que surge, casi en su totalidad, de la clase pequeño burguesa. A su vez, “desafortunadamente” dice Orwell, estos socialistas de origen pequeño burgués están formados por caracteres tipo como los que denuncian a la burguesía “echando espuma por la boca;” los reformistas blandengues (“de cerveza con más agua que cerveza” dice) representado por el autor Bernard Shaw; los astutos arribistas jóvenes e instruidos que son comunistas para empezar pero que cinco años después son fascistas “porque es parte de la carrera”. Orwell incluye “las rígidas y deprimentes mujeres que creen ser de una moralidad superior, portadores de sandalias y barbudos bebedores de zumos de frutas, todos en bandadas al olor del “progreso” como moscardas a un gato muerto.” Por supuesto, cuando se dice que se es de izquierdas para crear una sociedad justa, libre, digna, democrática, todos están de acuerdo. Pero esa sociedad socialista, de decencia humana, la quiere todo el mundo. Todo el mundo que tiene un ápice de decencia. El problema, dice Orwell, es que esta “ordinaria persona decente” no encuentra su nicho entre los arriba descritos. Estoy de acuerdo con Orwell: en realidad todos somos de izquierdas – incluso cuando lo negamos, nos mentimos. Basta que desees una vida digna. Pero hay algo más: algo que ha estado con nosotros como humanos desde mucho antes del inicio de la civilización. Es un conocimiento cognitivo - llámalo instinto si quieres – que no tiene ni que ser consciente.


II



Se dice repetidamente y de forma generalizada que los seres humanos somos belicistas, destructivos – y otras cosas peores. Ayer mismo escuché en un documental americano a un profesor de astro-física declarando que los humanos somos “belicistas desde el inicio de los tiempos.” El resto de ilustres profesores decían prácticamente lo mismo. Esto es una obscena y dañina falacia que necesita ser enviada al cesto de la basura. Solo tiene dos tipos de voceros: uno los mentirosos y el otro los ignorantes. Como voy a demostrar, las pruebas de que los humanos somos lo opuesto de belicistas son teórica e históricamente incontestables.




Si “el inicio de los tiempos” fuese hace tan solo 9.000 años, entonces habría que darles la razón. Pero esos últimos 9.000 años no son sino una pequeñísima fracción de la historia humana completa – menos del 5% de nuestra existencia humana. Los últimos 9.000 años son, fundamentalmente, la historia de las sociedad fundadas sobre los pilares de la esclavitud. Pero como la antropología moderna demuestra de forma incontestable, los seres humanos que todos reconoceríamos como tal – obviando las diferencias en cultura y tecnología – han estado campando por esta tierra entre 300.000 y 500.000 años, dependiendo de las fuentes. Durante todos esos milenios éramos, no sedentarios, sino cazadores-recolectores. La extensa bibliografía de la antropología no deja lugar a dudas sobre las características de las sociedades humanas de cazadores-recolectores: las sociedades de cazadores-recolectores se basan en la igualdad, en la cooperación desinteresada, en dar regalos y compartir comida. Y van más allá. Comparten alimentos no solo con familiares o con los que corresponden, sino según las necesidades incluso cuando la comida escasea. El famoso epidemiólogo Richard Wilkinson ha dedicado sus estudios a demostrar la relación directa entre violencia y desigualdad – no es una coincidencia su interés dado que la violencia es una verdadera epidemia y que muchas enfermedades están correlacionadas directamente con sociedades altamente desiguales. Acerca de nuestra larga existencia como cazadores-recolectores Wilkinson concluye:

“No hay jerarquía dominante entre los cazadores-recolectores. Ningún individuo tiene prioridad de acceso a los alimentos los cuales [...] se comparten. A pesar de la marginal preferencia femenina por tener como amantes a los cazadores más exitosos, el acceso a la pareja por sexo no es un derecho que se correlacione con rango o estatus. De hecho simplemente rango no es discernible entre los cazadores-recolectores. Se trata de una verdad absoluta que la literatura etnográfica resuena sin ambigüedades, a veces en los términos más enérgicos.” (“Why is Violence More Common Where Inequality is Greater?” New York Academy of Sciences, No. 1036, pp. 1-12.)



Si hay algo fijo en los genomas humanos de los últimos medio millón de años es la cooperación y la fraternidad – y como argumentaba Nietzsche sobre su idea de superman, de héroe, sin consciencia de ello, sin capitalizar intereses personales con sus acciones. Y si no hubiese sido así, si los humanos hubiesen vivido con el mismo ethos de “todos enemigos de todos,” de las sociedades sustentadas por esclavos de los últimos 9.000 años, no soy el único que cree que la especie humana se habría extinguido hace milenios. Algunos académicos del área de la genética han intentado legitimar hace unos años la idea de que las acciones humanas, sus características, si los humanos son violentos o pacíficos, cooperantes o egoístas, estan pre-escritas en su ADN. Afortunadamente esto se ha descartado como una barbaridad. Los seres humanos somos mucho más complejos que todo eso. Las acciones humanas no se explican por la información de su ADN sino que son una proyección directa de su vivir dentro de las estructuras sociales dadas – y sobre todo de la ideología dominante de esas sociedades. Sin embargo hay un valor humano que es permanente a través de los tiempos y que es incontestable: el imparable imperativo por promulgar justicia. Ha sido el trazo claro de las sociedades de cazadores-recolectores y tan constante que se puede observar claramente desde que el humano es un neonato. Ten a tu bebe sentado en tus rodillas y déjale ver que le das un juguete a su hermanito y a él nada. Salvo excepciones, el bebe exigirá con un tremendo enfado, sin dejar lugar a dudas, que a él también debes darle un juguete. Criaturas con solo 3 o 4 años ya empiezan a observar en su escuela cual es el estatus de los padres de los otros niños. Incluso cuando los pequeños viven en una familia que intenta protegerles de la locura consumista y de la carrera por privilegios - donde incluso se intente razonar con los pequeños la naturalización de la injusticia - rápidamente crean sus propios juicios de valor cuando, en sus escuelas, ven que otros padres y madres vienen a recoger a sus pequeños con ostentosos coches. Es igual si tu coche funciona como un reloj, es práctico, caliente en invierno y fresco en verano, espacioso y seguro. Tu coche es viejo y, antes o después, inesperadamente, tu pequeñín te va a preguntar “papa ¿cuándo vas a comprar un coche nuevo?” No les cuentes tratados sociológicos; si la mama de fulanito tiene un cochazo ¿no deberíamos tener uno también nosotros? ¿Y si tus pequeños son invitados a fiestas de cumpleaños de otros niños cuyos padres tienen enormes casas con todo tipo de comodidades? Y no digamos si su enseñante tiene la “brillante” idea de preguntarles que han hecho durante las vacaciones cuando vuelven a su escuela. El estatus de unos les ha permitido “nadar con delfines en Florida” mientras otros no han salido de su pueblo. Tus pequeños van a hacer comparaciones con su propia vida, su propia habitación y probablemente juzguen que la vida es injusta con ellos, que les castiga sin causa y su enfado por su bajo estatus surja de una u otra manera. Algunos argumentarían que esto crea consciencia de clase en los más jóvenes. Dejados a sus propias conclusiones, para nada. Sin una guía intelectual que les haga entender claramente el proceso histórico que ha sido la lucha de clases, lo que se obtiene de esta juventud criada dentro de los parámetros de la injusticia como natural dado son candidatos a inflar las filas del fascismo, bandas criminales y otros grupos extremos como los religiosos.

Desde términos puramente marxistas, es una barbaridad proponer la idea de que hay “una naturaleza humana” - a no ser que testarudamente (es decir, ideologicamente) creas que hay brujas, espíritus del bosque, dioses y diablos. Las actitudes, la moral, los principios y creencias de los seres humanos son una consecuencia de su vivir dentro de las estructuras sociales dadas. Un ser humano del s. XII es literalmente un extraterrestre comparado con un ser humano del s. XXI. Las varias culturas de los últimos 9.000 años de civilización son, de parte a parte, una consecuencia de la lucha entre los que están arriba y los que están abajo. La historia de la pintura lo repite consistentemente desde los Liceum la demokratia era un sistema superior a la monarquía. Pero mucho peor que la monarquía, decía Aristóteles, era la timokratia: es decir, cuando el poder está en manos de unos pocos hombres con propiedades (timo=propiedades; kratia= gente). ¿No sería entonces timocracia una definición más precisa de nuestros sistemas sociales contemporáneos? ¿No está el poder, el poder real, el que toma de verdad las decisiones que nos afectan a todos, en manos de unos pocos dueños de casi todo? Es verdad que a Aristóteles hay que leerlo con uno de cal y otro de arena, no con todo su valor dado, como hacen leer en muchas escuelas y departamentos de humanidades. El tutor personal de Alejandro el Conquistador podía decir hasta donde sus relaciones con la élite le permitían – y sus contradicciones no son pocas – ademas de su propio contexto histórico. Pero es remarcable el hecho de que las ideas de un pensador de hace más de 2.300 años como es Aristóteles puedan seguir resonando hoy con absoluta frescura.

La historia de la pintura lo repite consistentemente desde los tiempos de las pinturas rupestres, hace más de 50.000 años, mucho antes de la llamada “civilización”: durante tiempos pre-civilizados – parte de ese más del 95% de nuestra existencia – los humanos también tenían un opresor contra el que luchar y al cual le otorgaban poderes lógicamente mágicos: la naturaleza misma, sus ríos y montañas, sus animales, sus tiempos de bonanza y de escasez; sus animales y plantas y por supuesto las catástrofes que nos enviaba. Con la llegada del sedentarismo y la civilización aparecen dioses, los cuales salían del imaginario humano como respuesta lógica a tantas incógnitas como por qué unos años la naturaleza es tan generosa y otros te puede matar, sin razón aparente; después, con la acumulación de riquezas gracias al sedentarismo agrícola y ganadero, aparecen caciques y líderes, los cuales imponen por la fuerza su auto-nombramiento como reyes e incluso semi-dioses – pero que en realidad eran literalmente copias de lo que hoy llamaríamos mafia despiadada. Cuando la clase burguesa europea se liberó finalmente del yugo monárquico – todos los historiadores serios fijan la fecha en 1848, algo impensable, “utópico” hasta pocos años antes – los humanos nos encontramos con otro yugo, con otra fuerza tiránica de la que necesitamos liberarnos; probablemente, como Aristóteles intuía, la fuerza más despiadada de todas: el capitalismo. Para el fundador del Liceum la demokratia era un sistema superior a la monarquía. Pero mucho peor que la monarquía, decía Aristóteles, era la timokratia: es decir, cuando el poder está en manos de unos pocos hombres con propiedades (timo=propiedades; kratia= gente). ¿No sería entonces timocracia una definición más precisa de nuestros sistemas sociales contemporáneos? ¿No está el poder, el poder real, el que toma de verdad las decisiones que nos afectan a todos, en manos de unos pocos dueños de casi todo? Es verdad que a Aristóteles hay que leerlo con uno de cal y otro de arena, no con todo su valor dado, como hacen leer en muchas escuelas y departamentos de humanidades. El tutor personal de Alejandro el Conquistador podía decir hasta donde sus relaciones con la élite le permitían – y sus contradicciones no son pocas – ademas de su propio contexto histórico. Pero es remarcable el hecho de que las ideas de un pensador de hace más de 2.300 años como es Aristóteles puedan seguir resonando hoy con absoluta frescura.


El banquero Rothchild.  El humano
artista fija su fascinación en el gran
capital. 
Hoy los humanos miran, temen y observan a otro opresor: el capital, el dinero. No tiene precedente histórico. Si, como he argumentado antes, las sociedades humanas han reflejado en sus pinturas, a través de los tiempos, su obsesión con el opresor, el poder, ahora el sumo poder es algo tan abstracto, tan inmaterial como la economía. Tiene sentido entonces que, después de haber pasado por los diferentes estados desde el futurismo – la representación de la tecnología, sus máquinas de guerra, sus máquinas de super-producción – hayamos llegado a un estado en que las pinturas representan lo puramente conceptual (por ejemplo, desde Marcel Duchamp.) En el arte conceptual, ya sea pintura o la actual rama performance art, lo extremo, lo que no tiene precedente es que el artista ni siquiera busca un producto final, sino que su representación se centra solamente en mostrar no más allá del mismo proceso creador. El artista conceptual o es incapaz o no quiere llevar su creación hasta tal punto que diga explicitamente qué es, cómo es, de dónde viene el poder opresor absoluto ahora – que por supuesto es la economía misma, el capital.

Para entender nuestra situación humana y a nosotros mismos los humanos siempre hemos hecho uso y necesitado la representación – llámalo arte si así lo deseas. Lo que pasa es que la actual cultura de Hollywood-Bollywood – la industria cultural o mejor, la cultura como industria – en vez de hacer su trabajo y ser el faro que alumbre, por una parte, la respuesta a la incógnita “¿qué quiere decir ser un ser humano?” y por otra, el camino hacia la utopía como realidad posible, nos distrae alimentando nuestros miedos representando los ruidos de los bichos del oscuro bosque; nos distrae con sus formidables efectos especiales y estética refinada ofreciéndonos los colores hipnóticos de los fuegos artificiales como si en ellos hubiese una respuesta a nuestra condición humana y, por supuesto, cuando explota el último cohete, no hay nada; nos entretiene ofreciéndonos espiar por el agujero de una puerta,como si fuésemos mirones voyeurs, traiciones conyugales, platos rotos y aspiraciones vacuas cuando nuestras propias vidas, las del camionero, del pescador, del desempleado, del operario, del profesor son tan o más desquiciadas que las de cualquier personaje representado; un entretenimiento que tiene tanta utilidad a nuestra condición humana como para un eunuco la pornografía.

El poder de la tecnología, la máquina humana,
la guerra.  Futurismo.
Sin embargo, en nuestras ideologicamente homogeneizadas sociedades – esto es, la ideología pequeño burguesa (clase media en su uso más blando) -, contrastando y oponiendo la cultura como industria, hay una utilidad en las áreas de las artes que tradicionalmente ha sido y sigue fundamentalmente ignorada por la izquierda – especialmente aquí en España – que sobresale como un oasis en el desierto: el drama. Y si digo drama no me refiero ni al teatro moderno encabezado por Beckett ni al teatro “político” encabezado por Brecht. Brecht pone la intención ideológica de su obra al servicio de un sistema criminal como era ese Stalinista de la Alemania del Este. Brecht no miente como tal en su teoría pero sí descabelladamente en su obra, donde los ricos son los malos y sus esclavos los trabajadores los buenos, traicionando las mismísimas bases de la lógica del drama Aristotélico. No me refiero tampoco al bloque absurdista que inicia Beckett precedido por Joyce y continuado por Pinter donde los humanos parece que hemos llegado al final de la historia (una idea que tenía importantes adeptos como Fukujama pero que el colapso financiero les ha enviado al silencio dado que la lucha de clases no solo no desapareció sino que ahora resurge con fuerza) queriéndonos hacer creer que hemos llegado al mejor sistema social posible y que más allá solo hay la nada, corriendo apresuradamente en la noria como un hamster creyendo que vamos a algún sitio. No hablo del teatro “terapia”, donde al disfuncional se le hace creer que es posible tener una vida humana normal dentro de una sociedad que actualmente es la causa de esa disfuncionalidad; mucho menos del teatro “verbatim”, representando noticias periodísticas sin añadir nada que no se haya leído. No hablo del teatro moderno de la era burguesa; hablo del drama de Eurípides, Sófocles, Shakespeare y ahora Edward Bond.

 ¿Qué es el poder real, ahora? 
El dinero, la economía, los mercados. 
 ¿Cómo se representa lo que no se palpa, se ve,
lo que no se siente o intuye?
 ¿Puedes imaginar el Gran Capital?
Drama es el lenguaje de la democracia. El único patrón del gran drama es la ética, la necesidad humana por entender y fraternar; drama sigue la lógica sin condiciones, dejando que la misma historia humana – con sus contradicciones y paradojas - marque la pauta, así que un momento que podría ser trágico resulta que es cómico y viceversa. Drama descompone todas las ideologías; drama es política con mayúsculas. La complejidad del problema humano en las sociedades capitalistas ha aumentado exponencialmente y para saber adonde vamos como especie necesitamos entender el sitio que habitamos – nuestra situación - y a nosotros mismos. Y si la sociedad de mercado ha convertido a nuestro planeta en una gigantesca casa de locos, drama es el antídoto contra esa locura. Los humanos son la especie dramática por excelencia y todos – especialmente los más jóvenes – deberían tener acceso continuo a la experiencia dramática donde explorar sus ideas, sus problemas, sus aspiraciones y frustraciones. Drama no ofrece soluciones. Con drama el problema es problematizado; las soluciones deben darla los seres humanos – porque en la experiencia dramática, los humanos toman responsabilidad por sus acciones. Al dar significado a las situaciones, drama crea nuevas realidades. Es por eso que el gran drama no tiene nada que ver con propuestas morales o moralistas sino con la ética y su praxis: pregunta insistentemente hasta el paroxismo. Porque la ética no es acerca de la aplicación de reglas dadas ni acerca de lo que necesitamos, queremos o deseamos sino acerca de lo que deberíamos necesitar, deberíamos querer, deberíamos desear. Drama es ética y es socialismo y, por ende, porque hemos sido mucho mucho más tiempo cazadores-recolectores que esclavos o dueños, drama es la melancolía que el emigrante tiene por su casa, por sus gentes. Anhelas socialismo porque necesitas volver a casa.


César Villa

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miércoles, 21 de enero de 2015

Edward Bond habla de por qué escribe para la juventud



"A lo largo de los últimos 20 años he escrito unas 10 obras para los jóvenes. Al mismo tiempo he escrito obras para adultos. Curiosamente las obras se conectan. Pienso que vivimos en una sociedad muy artificial donde la personas están continuamente rodeadas de imágenes – si vuelves un par de cientos de años no hay films no hay televisión – así que la mente, la imaginación ha estado funcionando de una manera totalmente diferente. Y ahora hay una continua fuente de imágenes. La inmensa mayoría de estas imágenes se hacen para obtener un beneficio económico. La gente que lo hace, intentan encontrar cosas que sean vendidas."