Nuevas,
inesperadas situaciones necesitan nuevos enfoques.
El grupo InSite de Hungría ha conseguido ayudas de la CE
para que especialistas en Edward Bond nos encontremos unos días en Budapest. Allí, junto con los compañeros de Hungría
estaremos gente de España, Francia y Gran Bretaña. Se quiso invitar a compañeros de Palestina
pero la CE no ha querido dar ayudas para ellos - por ahora. Es esperanzador. El objetivo es encontrar estrategias para
colaborar en la difusión de las obras de Bond entre los jóvenes en el contexto europeo. El proyecto naturalmente forma parte del área
de estudio Drama en la Educación.
En septiembre –
confirmaremos el día pronto - seguiremos investigando en Escénica, Granada, como actuar, representar, escenificar,
promulgar, las obras de Edward Bond , un camino hacia Edward Bond .
Pero el carácter
del Patio de la Juventud Edward Bond , con residencia en Escénica, Edificio Rey Chico, Granada, será el
siguiente:
1. Todo el mundo está invitado a participar en los ejercicios, actores y
no-actores, más y menos jóvenes.
2. Hasta ahora todas las personas interesadas han necesitado flexibilidad.
Por eso inicialmente sugiero el día de
encuentro cada miércoles, y con dos sesiones.
Una de 11:00 a 14:00 horas y la segunda de 16:00 a 19:00 horas. Se puede asistir a la de mañana o a la de
tarde o a las dos indistintamente. Si el
miércoles no es un buen día, se escuchan sugerencias – otro buen día podría ser
el sábado.
3. El coste por sesión será de 4 euros
pero totalmente voluntarios. Tanto el que pueda o como el que no o pueda menos
está invitado. Habrá una caja de cartón
discretamente a la entrada donde los participantes podrán dejar lo sugerido o
nada. Nadie hará preguntas. El 20% de lo
recaudado irá a un sindicato de trabajadores.
4. Tan pronto como surjan actores con las sensibilidades apropiadas,
empezaremos a ensayar una de las últimas obras de Bond. La obra contiene tres partes. Lo ideal sería formar más de un grupo – más
grupos, más difusión. Los ensayos se
harán en horario y día distinto del taller de actores.
Agradecería
enormemente sugerencias. Quizás haya un número respetable de personas que les gustaría asistir, digamos, cualquier otro día de la semana. Estoy a tiempo de cambiar mi diario.
Podeis enviar vuestros emails a: cesar.hacia_bondrama@yahoo.es
Ha habido algunas
dificultades que conviene tomar en cuenta:
Dada la entrega y
entusiasmo de los participantes en el curso “Un camino hacia Bond” en noviembre
del 2011, iniciamos ensayos de la obra “The Balancing Act” –Acto de Equilibrio
– en enero del 2012 con varios voluntarios que generosamente se comprometieron
con el proyecto. La mayor dificultad fue
que todos tenían, en estos tiempos de indecencia económica, sus propios
calendarios externos de subsistencia, además de sus propios proyectos teatrales. Compaginar las necesidades de todos con
ensayos hizo que, en cuatro meses, nunca lográramos juntar a los seis actores
en una misma sala y tiempo. Asimismo, la prioridad de este proyecto no es
la producción en sí, sino encontrar un método actoral que no traicione la
filosofía de drama de Bond. Esto
significa probar y probar pero también estudiar – leer y reflexionar sobre lo
que se lee pero también contrastar. Es
decir, practicar la dialéctica. Solo
entonces, cuando finalmente los actores irradien distintamente la filosofía de
Bond – o al menos algo de ella - empezará el plan B que es difundir la obra de
Bond - no todo el mundo tiene ciertos niveles de paciencia y perseverancia.
Después de cuatro
meses, dos días por semana, trabajando escenas que además dependían de la
disponibilidad de unos y otros, “The Balancing Act” fue cancelado. ¿Qué desencadenó este desenlace
negativo? Precisamente el conflicto de
intereses entre algunos de los participantes y yo acerca de cual es la prioridad, buscar o
producir. En esta búsqueda se hace
imprescindible la lectura y la reflexión sobre lo que se lee. Durante semanas estuve pidiendo a uno de los
actores que leyera los textos que le había dado – traducciones de cartas de
Bond. “No había tenido tiempo” me
respondía siempre, cuando no eran necesarios más de veinte minutos. Cuando, un día, me preguntaron si podían
llamar a otro conocido suyo para ocupar una de las partes, respondí vía email con
un tono que no pude evitar “sí, pero en este proyecto es indispensable leer
material, y aquellos que no quieran leerlo, que no se molesten en participar ni
en volver.” Inmediatamente algunos del
grupo me enviaron enfadados emails que me sorprendieron por los insultos que no
voy a repetir aquí. El resto de actores
guardó silencio y el proyecto Bond y “The Balancing Act” se detuvo. Insisto: leer, reflexionar y comunicar continua a ser parte fundamental de este proyecto.
También es y ha
sido difícil transmitir la idea de que Bond no quiere nada con (el) teatro, que
Bond detesta al teatro moderno tanto como detesta al capitalismo y a su
megáfono, la industria-cultura; que detesta tanto a Brecht como a Beckett; que
Bond emula a Sófocles, Eurípides o Shakespeare ahora como durante los últimos
cuarenta años; que Bond quiere hacer drama.
Es una idea que obviamente desconcierta, pero que para Bond es
innegociable (una innegociable lealtad a la búsqueda de la verdad que, muy
probablemente, ha ayudado a impedir que Bond obtenga el merecido Nóbel - aunque no me sorprendería que lo rechazase.)
No es que Bond
desprecie todo, es mucho más complejo que eso.
Como él mismo me dice en su más reciente carta y que pronto incluiré
aquí su traducción completa:
(…) Hemos descuidado y disipado la comunidad. Hemos dejado de ser y en su lugar seguimos
formalidades. Lo hacemos tan
afanosamente y tan ruidosamente que no nos damos cuenta de no estar aquí, de no
ser. Por eso aparece un síntoma
axiomático. No tenemos drama. Esto puede sonar como una extravagancia. Pero lo único que tenemos para entender
nuestros problemas – porque los problemas les hacemos nosotros mismos – es
drama.
(…) Sin embargo hay hoy muy buenos escritores, quizás más y mejor que nunca
hasta ahora. Muchos de ellos son
jóvenes. Describen la frustración y la
desesperación de su mundo honesta y vívidamente. Pero auque tienen un reloj, no tienen
calendario. Crean un teatro de
síntomas. Si ese enfoque no cambia, se
convertirán ellos mismos en síntomas.