Retribuciones, indemnizaciones y dietas de Altos Cargos y Procuradores
Cortes de Castilla y León |
Presidenta,
vicepresidenta primera, segunda, tercera; secretaria primera,
segunda, tercera; inumerables portavoces... cada una con 71.000 euros
al año MÁS 1800 euros al mes para "gastos." Y si
enlistamos las multiplicidades de todas las autoridades estatales y
regionales que nos dicen son necesarias -- diputaciones, direcciones
y subdirecciones, secretarias y subsecretarias... alcaldes de pueblos
de 20.000 habitantes que embolsan más de 50.000 euros... el mismo
espacio virtual en internet colapsaría. Mientras tanto en la vida
real, autónomos que son "autónomos" porque no hay
literalmente empleo decente, tengan o no estudios superiores, que
raramente logran ganar 1000 euros 9 meses al año, con tres hijos en
casa, deben pagar a la seguridad social 304 euros al mes, sí o sí
-- más toda ese IVA del 21% incluso por básicos como la
electricidad o el dentrífico; esos impuestos de circulación de más
de 370 euros al año por tener un coche viejo y diesel, porque no hay
para comprar un último modelo limpio, unos IBIs con incrementos
salvajes repentinos del 40%, porque el Catastro restablece "valores"
cada cierto tiempo; los diferentes seguros obligatorios que suben el
precio permanentemente aunque no haya uno sufrido incidencias o
accidentes... ¿De verdad que la secretaria primera de un gobierno
regional necesita una secretaria segunda y una tercera -- más todas
sus sub-secretarías?
Hace ya
7 años que la explosión popular gritó "basta" exigiendo
un giro radical del sistema. De este grito popular y masivo surgió
Podemos. Pero a los ojos de la inmensa mayoría NO NOS HEMOS
MOVIDO. Seguimos donde empezamos -- no ha habido ni paso atrás ni
adelante. Exactamente igual que la cultura moderna: parece que hace
mucho, publica mucho, crea mucho, nos llena nuestras vidas de efectos
especiales y artificios siempre más "alucinantes"; pero
nos convierte literalmente en ese ratón corriendo en su noria. Es
igual que los Podemos den una parte importante de esos 71.000 euros a
"buenas causas;" o que rechazen aceptar los 1800 euros para
gastos. Porque la realidad es que NO nos hemos movido. España
sigue siendo la misma España de hace 10 años! Han (ellos) puesto
la lavadora, han metido algo de ropa sucia et voila! Un puñado
de políticos han ido a la cárcel – e incluso hemos oído al juez
Garzón declarar en la grabación secreta de una conversación que
“la justicia española es una puta mierda” – incluyendo la
gracia indecente que le hacía a una Ministra de Justicia saber que
un comisario ahora sabido corrupto usaba prostitutas para sonsacar
información a políticos. Lo peor es que esta situación es
alarmante porque es el perfecto caldo de cultivo para el
resurgimiento con fuerza de todo tipo de FASCISMOS. Sí, plural.
Fascismo está en la boca de todas ahora. Y los medios, la prensa y
la academia están, naturalmente, haciendo caja intentando explicar a
las gentes "qué es fascismo" -- y lo están empeorando.
Encuentro que hay una inmadurez espeluznante saliendo de la boca de
"especialistas" por una parte y de autodenominados de
"izquierda" de otra. Del abanico de definiciones que se
encuentran en los medios, uno puede encontrar hasta perlas del tipo:
“Sí dices España muchas veces, eres fascista” (Publico.es,
08/12/2018.) Que puede ser cierto en unos casos, pero un claro y
contraproducente desmán en otros. No hay UN fascismo -- nunca lo
hubo. Hay FASCISMOS. El fascismo vasco es muy diferente del
fascismo castellano; como ese andaluz del valenciano o del catalán. Y si te parece exagerado hablar de fascismos por regiones, añadiré que hay hasta diferentes fascismos en los diferentes barrios de una misma ciudad, de una misma localidad. El fascismo italiano era (y es) otra cosa del alemán y ninguno de
estos tiene relación con el español o con el húngaro. Cuando
Mussolini invitó a Primo de Rivera a un gran encuentro internacional
fascista en Canadá, de Rivera contestó "nosotros NO somos
fascistas; somos españoles." Y el fascismo es y será de
difícil identificación para el común de los mortales porque
siempre se basa en la exaltación de mitos y mentiras, de abstractos;
no tiene un manual ideológico o teórico; no tiene una señal o
signo o indumentaria por el cual identificarlo – porque se ajusta y
se ajustará al contexto social, cultural y tecnológico del
contexto-del-ahora (en el pasado fueron camisas negras o azules o
águilas o calaveras o crucifijos cosidos en chaquetas – pero no
resurgirá con la misma parafernalia.) De hecho las más “gloriosas”
marchas o despliegues públicos de pasados fascismos eran
literalmente lo que hoy reconoceríamos como Performance Arts:
apelando a tus emociones y a la existencia de lo trascendental y
espiritual. Así, el ciudadano medio dejará que se meta en su cocina
hasta que, quizás, dándose cuenta, sea demasiado tarde. Pero hay
un común denominador poderoso e incontestable que identifica todos
los fascismos. El gran sociólogo Nicos Poulantzas, enterrado en
olvido para bien de los intereses liberales, descubrió que, dentro
de toda la cacofonía ideológica europea, una causa se repetía en
todos los golpes-estados fascistas: la crisis de la ideología
dominante. Allí donde aparecía la crisis ideológica, prontamente
los grupos fascistas eran financiados y los fascistas, hasta ese
momento en silencio y anónimos, alimentados por su propio
resentimiento hacia algo o alguien, declamaban a grito pelado, en
plazas públicas y sin apuros. Esto se ha repetido puntualmente en
todos y cada uno de los países europeos de los años 30 – y más
tarde en toda la geografía latino americana durante los años 50, 60
y 70. Y ¿cual es la excepción que confirma esta regla sociológica?
Precisamente el país cuya población ha creído tradicionalmente ser
el “guerrero anti-fascista” por antonomasia: Gran Bretaña. Sí,
Gran Bretaña tuvo un pequeño amago de fascismo de la mano de O.
Mosley, pero fue rápidamente ridiculizado por la población
británica, cayendo en el olvido. Algunos profesores dicen que el
fracaso se debió principalmente a que Mosley intentó reproducir
una copia del fascismo italiano en un contexto tan diferente como el
británico – que también confirma nuestro argumento de “diferentes
fascismos.” Pero lo que es más que evidente es que, hasta ahora,
el fascismo no ha surgido en Gran Bretaña porque, hasta ahora, los
británicos no han experimentado, no han vivido, no han pasado por
ninguna crisis de ideología dominante. El status quo en Gran
Bretaña está duramente consolidado – pero solo hasta ahora.
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