patio bondiano

miércoles, 30 de mayo de 2012

¿BUSCAR QUÉ ES SER HUMANO? NO SIN MARX Y NIETZSCHE


What it means to be human.

La Royal Society ofrece sus conferencias online.  Una de ellas se titula “What it means to be human” (¿Qué significa ser humano?, 08 March 2012, 6.30 pm).  El video se puede encontrar en el siguiente enlace:


Para el estudioso y operante de la obra de Bond, la pregunta es de una importancia capital.  Toda la obra bondiana se sustenta en esta simple pero profunda y compleja pregunta: ¿qué significa ser humano?  Por eso lo miré con gran expectación primero y, como es habitual, para descartarlo con gran decepción después. 
¿Por que incluirlo aquí?
Porque confirma una vez más las llamadas de alarma de Bond por encontrar el centro del imperativo humano, la urgencia por una representación de lo humano. 
¿Qué respuestas ofrecen los “eminentes” ponentes de la Royal Society en la conferencia arriba indicada? Una vez más nada o muy poco y confuso.   Un espectáculo bochornoso de balbuceos, frases medio dichas, arrogancia académica, y especialización como justificación. 
Es increíble que al intentar responder qué significa ser humano, los profesores se centraran mayormente en las diferencias entre la especie Neardental y el Homo Sapiens y que, como se puede observar —solo una persona de entre la audiencia planteó la pregunta — se mostraran reluctantes a hablar de los imperativos que han definido al ser humano durante miles de años: justicia, distribución, participación.  En definitiva, como ha denunciado Edward Bond en todas sus conferencias y escritos con inequívoca firmeza “tenemos un gran problema entre manos: ni sabemos contestar a la pregunta ´¿qué es ser un ser humano?´ ni queremos saberlo (…)  Tenemos los derechos humanos pero no el derecho a ser un ser humano.”

Incluso la misma forma de la pregunta ofrecida por la Royal Society es, desde un plano bondiano, incompleta, mal-informada; en el plano bondiano tendríamos que proponer la pregunta-concepto todavía con más precisión, esto es: ¿Qué significa ser un ser humano?  Todo un mundo cambia.
Este “ser un ser” seguramente llevará a recordar a algunos estudiosos la urgencia de Ser (“Dasein”) — vivir, existir, ser —tan anunciada por la filosofía de Heidegger mientras buscaba la respuesta que le llevó a abrazar el Nazismo.  Pero nada más lejos —porque ser bondiano implica reflexionar, criticar, analizar desde un plano marxista, materialista y realista.  Por esto el plano bondiano también rechazamos la idea de que hay una “naturaleza” humana como hace la filosofía burguesa – y esa de Heidegger o de su alumno Ortega y Gasset - que busca justificar las relaciones entre el opresor y el oprimido como un natural dado universal.  Esta es la razón por la que Heidegger, insistentemente, no deseaba que su filosofía se entendiese como “filosofía” sino como antropología de la civilización —pero la civilización es solo una pequeña fracción de la historia humana; de los últimos 9.000 años. 
Ese ser humano anatómicamente moderno que somos hoy tiene una edad de entre 200.000 y 250.000 años.  ¿Qué fuimos durante el largo periodo de pre-civilización?  Nómadas cazadores-recolectores.  Y este dato es el que realmente ilumina. 

Como podéis observar en el video de la conferencia, solo la profesora antropóloga evolucionista, Ruth Mace FBA, intenta responder a la cuestión de la justicia como elemento intrínsico de los humanos.  Pero, horror de los horrores, lo hace bablando, centrándose en “modelos matemáticos” que, según ella, “demuestran” que en cierto momento, cuando las gentes se volvieron sedentarias —con la agricultura —, acordaron dejar el asunto de “crimen y castigo a otros”.  “Mientras éramos cazadores-recolectores,” dice, “si no nos gustaba alguien, simplemente cambiábamos de lugar.  Pero entonces las populaciones crecieron, apareció la agricultura, nos hicimos sedentarios, y dejamos a otros crear un sistema judicial con el que la gente era castigada.”  Y resume —atentos— “que no nos gusta vivir en sistemas que no tengan castigo.”  Sir Paul Nurse, el presidente de la Royal Society, termina la conferencia describiéndola como “este gran evento”.  What a farce!

Esta profesora, ¿estaría desviando la atención del objeto-verdad?: o miente conscientemente o sufre de ignorancia  —ignorando lo que es obvio. 

En realidad encontramos la respuesta a su postura en el mismo párrafo introductor a la totalidad del evento:
“An exploration of the boundaries of human nature” (Una exploración de los límites de la naturaleza humana).  Si crees, si has capitulado a la filosofía burguesa de que hay una “naturaleza” humana, entonces la conclusión de la eminente profesora tiene sentido.  Entonces como Calderón primero y como Beckett después, “el primer pecado del hombre es haber nacido”.  Entonces la venganza se confunde con la justicia; entonces la justicia es entendida como venganza.  Entonces no hay historia ni historia de la evolución de clases.

Afortunadamente hay otros razonamientos, otras evaluaciones.

Respondiendo a la pregunta “Why is Violence More Common Where Inequality is Greater?” (2004) (¿Por qué es la violencia más común allí donde la desigualdad es mayor?) el epidemiólogo  Richard Wilkinson corrobora la visión dramático-filosófica de Bond de que la desigualdad daña la salud en todos sus ámbitos y es "socialmente corrosiva."
Los estudios de Wilkinson sobre la relación proporcional entre la violencia y la desigualdad nos dice que la existencia humana no debe medirse exclusivamente con la historia de las civilizaciones humanas, por el contrario, las civilizaciones de las sociedades humanas son el último eslabón de una larga cadena en el desarrollo de los seres humanos.
De hecho, "durante 90 o 95 por ciento de nuestra existencia como humanos anatómicamente modernos,” afirma Wilkinson, “ los seres humanos hemos vivido como cazadores-recolectores, sociedades notablemente igualitarias, basadas en el regalo recíproco y el reparto de alimentos" (2004:9).

Wilkinson apoya su argumento señalando a más de un centenar de informes antropológicos sobre recientes cazadores-recolectores, sociedades repartidas en cuatro continentes, de las cuales extrae la siguiente conclusión: “los cazadores-recolectores comparten la comida, no sólo con los parientes, o incluso con los que corresponden e intercambian comida, sino que dependiendo de la necesidad, también cuando la comida escasea” y añade:

No hay jerarquía dominante entre los cazadores-recolectores.  Ningún individuo tiene prioridad de acceso a los alimentos los cuales [...] son compartidos.  A pesar de la preferencia marginal de las mujeres por los cazadores más exitosos como amantes, el acceso a sus parejas sexuales no es un derecho que se correlaciona con el rango.  De hecho, el rango no es discernibles entre los cazadores-recolectores. Esto es un hecho transcultural universal, que resuena inequívocamente a lo largo de la literatura etnográfica, a veces en los términos más enérgicos (Ibid: 10).

Por lo tanto, si las personas son mejores o peores no depende de si el “mal” o el “bien” forma parte de su carácter, o de la “naturaleza” de los humanos, sino de la naturaleza de sus relaciones sociales.  Durante los últimos 9.000 años, los humanos hemos vivido en un ambiente que no es el nuestro —esto es, donde unos pocos tienen todo y esclavizan a la mayoría que no tiene nada.  Incluso más: nos enferma la diferencia entre la gente de un mismo vecindario ¿Qué es la historia de la civilización, sino la lucha del oprimido contra el opresor?  ¿La búsqueda de igualdad con nuestro coetáneo?  La liberación, la lucha marxista contra el opresor, no es otra cosa sino la urgencia del que vive en un mundo extraño, agresivo, ajeno, inhumano y desea volver a “casa”. 

Aristóteles decía que el perfecto carácter en una tragedia no era ni bueno ni malo, era “más bien bueno.”  Que es como si estuviera describiendo a todos y cada uno de nosotros —y Aristóteles, el educador de la élite opresora y pagado por la élite opresora, no era precisamente un liberador.

Y aunque continuamente me enfado, ofendo y sorprendo con las respuestas de los académicos cuando responden a esas preguntas sobre la humanidad que tanto me conciernen, en realidad no debería.  Porque ahora sé.  Y sé que la inhabilidad de “ver” de los eruditos es tan vieja como la civilización misma —y que esta condicionada por muchas fuerzas externas: ideología, protección del estatus y del privilegio, negociación con el establisment y las administraciones de las universidades, mediocridad, miedo… Se podrían escribir volúmenes sobre la corrupción del significado de “humanidades” en las universidades — ya Pierre Bourdieu lo hizo extensivamente.

Curiosamente, ya Aristóteles hace más de 2.300 años, en su obra Poética, concluyó que quien son merecedores de nuestra atención en la búsqueda de la verdad no son los historiadores, los filósofos o los científicos, sino los grandes poetas a los que no les interesan los hechos particulares, sino la verdad universal (Capítulo 9, 5-6).

Aquí es donde entra Edward Bond: Bond ha tratado de decirnos desde hace muchos años —es intrínsico de todas sus obras y escritos —  que la humanidad sólo tendrá un futuro, cuando “el imperativo humano reconozca el imperativo humano en todos los demás”.  Entretanto:

Todos los sistemas de la moralidad son corruptos porque su efecto es reconciliarnos con la injusticia - y como el efecto siempre está justificado por la ideología, es la implícita intención  de la moralidad la que nos reconcilia con la injusticia, con una vida injusta — y dada la contradicción dentro del ser (del ser humano)  esto lleva a la paradoja de que los crímenes (actos contra la moral y la ley) pueden ser expresiones de la necesidad humana por la justicia […] la contradicción también está dentro de nosotros mismos.  Nos impulsa la necesidad por la justicia, pero la ideología distorsiona esta necesidad convirtiéndola en la performance de la injusticia - y la mente ideologizada forma totalmente parte de la ideología [su subrayado] (2 October, 2004).


Para emprender con buen pie un camino hacia Edward Bond se hace necesario estudiar tanto a Marx como a Nietzsche, simultaneamente.  Es el estudio de estos dos lo que convierte a las palabras de Bond en agua en el desierto; lo que nos demuestra la urgencia un Drama para buscar lo humano en la deshumanizada sociedad del siglo XXI.  Es también lo que les aconsejaría a los profesores eruditos que intentaron decirnos qué significa ser humano, en el video arriba: que enfocaran tal pregunta primero a través de Marx y Nietzsche; que uno ayuda al otro en ese camino.  Y la revelación libera —aunque probablemente como el repentino golpe de un rayo, dolorosamente.  Porque un acto de total honestidad no es un cosa liviana.    

Max Weber se dio cuenta de la magnitud del problema Marx-Nietzsche en el pensamiento moderno y su academia:

La honestidad de un académico contemporáneo y, sobre todo, de un filósofo contemporáneo, se decide sobre la base de su actitud frente a Nietzsche y Marx.  Aquellos que no reconocen que no podrían llevar a cabo una parte considerable de su trabajo sin el trabajo realizado por estos dos, están engañándose a sí mismos y a otros.  El mundo en el que existimos intelectualmente es un mundo moldeado por Marx y Nietzsche. (Gedö, András, 1998, “Why Marx or Nietzsche?” Nature, Society, and Thought, Vol. 11, No. 3, pp. 331–346, p. 337).

Poder mirar a otro ser humano a los ojos, de tú a tú, frente a frente, sin doblar la espalda y sin esperar que el otro doble la espalda, sin dar ni recibir favores, sin deber nada a nadie y sin que nadie te deba nada.  Como nos dijo Nietzsche “prefiriendo perecer antes que odiar o temer, y dos veces perecer antes que hacer que me odien o que me teman.“  Ser un ser humano.
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lunes, 28 de mayo de 2012

Tony Blair 'is a war criminal' shouts protester at Leveson Inquiry



¿Es Blair un criminal?  Blair es una de las muchas perfectas representaciones de un sistema social donde el ethos colectivo es criminal.  Blair es el síntoma de la enfermedad.  El caso Blair es un producto.  La enfermedad estaba dentro de aquellos que se suponía debían proteger Tebas. Yocasta descubrió que era simultáneamente madre y esposa, el peor horror que pudiera hacer un griego de la antigua Grecia, mucho antes que Edipo y prefería callar a romper el estatus.

Pero el vídeo es un momento de humanidad, como el surgir de una flor en el desierto.

Difusión de Edward Bond

Gracias a Escénica de Granada, y a su incansable Magadalena Úbeda, hemos conseguido un poco de atención para Edward Bond en el periódico "Granada Hoy.com".

Lo más preciso: que buscamos la ética.

Toda ayuda es bienvenida y apreciada.

En la estela de Bond, Edward Bond


domingo, 27 de mayo de 2012

Teoría Crítica — el alimento de la mente humana


Teoría Crítica — El camino hacia Edward Bond.  

La teoría crítica ha tenido importancia capital como medicina contra el dogmatismo ideológico camuflado de marxista —  esa que llevó a millones a sufrir las dictaduras asesinas camufladas con la bandera roja.  Digo "camuflado" porque el estudioso Marx habría odiado ver sus teorías usadas como dogma.  Marx detestaba el dogma. Pero toda idea es vulnerable a la corrupción —y el marxismo ha sido dañado tan profundamente que, como dice Bond, quizás necesitemos generaciones para limpiar el halo de mierda con el que se ha ensuciado al pobre Marx.  El marxismo es una herramienta intelectual para que los humanos podamos eliminar, con espíritu crítico, como personas libres pero con entendimiento, todo aquello que es precisamente anti-humano.  Marxismo no tiene nada que ver con lo de Stalin ni con lo de Mao, y mucho menos con lo que dejaron detrás (y es una auténtica catástrofe que incluso hoy haya muchos militantes dentro de los diferentes partidos comunistas de España y de Europa que todavía añoran sin tapujos, sin avergonzarse de su propia ignorancia, las "bondades", los "liderazgos" de asesinos como Stalin o  Mao;  algunos  incluso celebran y apoyan al "camarada amigo líder de Corea del Norte," como he visto en algunos websites de grupos auto-denominados comunistas).   La teoría crítica es útil porque la izquierda que espera y lucha por la libertad necesita cuestionarse continuamente —incidentalmente, esto es el significado de la ética.  Y porque precisamente, el peor enemigo de la izquierda ha sido la izquierda misma —y particularmente los dos extremos, ya sea esa izquierda dictatorial anti-humana de Stalin como la liberal pro-mercantil social-demócrata tipo Felipe Gonzalez o Bettino Craxi.   

Pero el comunismo, el socialismo —que como decía Nicos Poulantzas, no será socialista sino es puramente democrático, y no será democrático sino es puramente socialista — no es un proyecto fallido.  Porque en realidad no se le ha dejado  dar ni un paso.  Fue descabezado tan pronto como empezó — sin descanso, desde dentro y desde fuera —y algunos de nosotros todavía tenemos esperanzas. Como diría Bond, "tenemos melancolía por el futuro". 

Aquí en la península ibérica no ha habido una gran tradición de la teoría crítica, porque llegó tarde y mal —una monografía de Adorno no llega hasta 1985; Horkheimer, Marcuse, Benjamin, son prácticamente ignorados hasta una fuerte aceptación al principio de los 90 (En España es Habermas quien se lleva la palma de la aceptación, y hasta le dan el premio príncipe de Asturias, un acto que no solo le legitimiza a él mismo sino, aceptando el premio, también a la monarquía.  Lo cierto es que Habermas, que empezó en la famosa Frankfurt School, terminó, como Horkheimer durante los últimos años de su vida, negociando el lenguaje liberal con su teoría del "dialogo". Habermas necesitaría una discusión mucho más larga que no puedo permitirme aquí).  Pero no solo se puede encontrar a la teoría crítica a través de sus conocidos protagonistas y su densa teoría escrita.  También se puede saciar nuestra sed mental y ejercitar criticismo y lo más importante, ejercitar la virtud de la dialéctica, a través de otros gigantes conocidos, que no son nombrados dentro de la literatura de la teoría critica.


José Saramago, por ejemplo, no es un autor al que la academia de lo filosófico apunte como manejador de la teoría critica, pero sus novelas están llenas de lógica, que es lo que hace que sus novelas estén llenas de verdad —y sean el resultado de horas de reflexión, es decir, del propio trabajo dialéctico, consigo mismo, al que el autor dedicaba tiempo antes de emprender una novela. Saramago es una oportunidad excepcional con el que empezar un camino hacia Bond (insisto, por su uso de la lógica. La mejor herramienta contra la ideología y para la perpetuación de gran, verdadero Drama).
Hay otros.  En el otro lado del espectro marxista, ese práctico, ese lado de "pies en la tierra", ese lado que tampoco tiene una obvia relación teórica con la teoría crítica es Julio Anguita.   Pero la teoría crítica asoma continuamente por cada una de las líneas de sus conferencias. La teoría de Anguita es la praxis de la teoría crítica, para mancharse las manos.  Sus discursos no son improvisados sino que, como el buen observador notará, están llenos de propuestas que son como tesis acabadas, de sentido común humanista. Y a esto solo se llega después de mucho trabajo dialéctico; consigo mismo, con literatura o con otros. 

Por otra parte, es también verdad que la teoría crítica fue mal-usada porque, al final, la teoría crítica parece convertirse en la justificación del marxista que vive cómodamente dentro de parámetros burgueses —los estudiantes del mayo del 68 acusaron a Adorno ruidosamente de esto y el filósofo se cogió tal depresión que, dicen, le llevó a la muerte. El mismo Terry Eagleton ha acusado, correctamente, a Adorno de "correr con los galgos y esconderse con la liebres, simultáneamente."  Para Adorno, contradiciendo su propia teoría, Beckett and Schoenberg fueron los grandes ejemplos de verdadero arte porque, concluía, “resistían la transformación capitalista de las artes en una industria del entretenimiento tranquilizante.”  Una tesis que hizo que Terry Eagleton adecuadamente lo identificara como una auto-derrota, “un pacto con el fracaso” y añade:

Es el lado más caricaturesco del pensamiento de Adorno: Beckett y Schoenberg como la solución al hambre del mundo y a la amenaza de destrucción nuclear.  Este es el Adorno que deliberadamente ofrece como solución lo que es claramente parte del problema, el homeópata político que para curarnos nos alimenta con enfermedad (Eagleton, The Ideology of the Aesthetic, Oxford: Basil Blackwell Ltd, 1991: 360).

Eagleton no podía estar más cerca de la verdad, pero no deja de ser irónico porque cualquiera que estudie a Eagleton podrá comprobar que es precisamente la estructura, la estética lingüística si quieres, de sus discursos deconstruccionistas que muestran a Eagleton pecando de lo que acusa a Adorno: "corriendo con los galgos y escondiéndose con las liebres, simultáneamente"! Especialmente en la forma que Eagleton tiene de constituir el fascismo y el capitalismo como una relación de "amor-odio, fascinación, complicidad," proponiendo con esa formula al uno diferente, desconectado del otro, como dos individuos con diferentes padres, dos entidades — una propuesta que, con todo mi respeto a todo lo aprendido gracias a Eagleton, es simplemente grotesca.   

Mucho se ha criticado a Adorno —a sus contradicciones.  Pero su influencia en el pensamiento moderno serio es irrefutable. Su acabada reflexión teórica “Dialéctica Negativa” nos dice precisamente eso: que hacer dialéctica dentro de los parámetros sociales burgueses siempre acaba negativamente.  Sus conceptos sobre la corrupción de los ideales del movimiento de la Ilustración por los sistemas de dominación, la “Industria Cultura” que transforma obras de arte en mercancía, la “personalidad autoritaria” del conformista que prefiere obedecer que hacer una difícil elección.  Se puede extraer mucho de Adorno; sobre todo ejercitar la reflexión. 

Una paréntesis que debo interponer aquí porque me parece muy importante.  Muchas veces, durante mi estancia en varios países europeos, en universidades, escuelas, conferencias, grupos de trabajo en las artes, me he encontrado con personas que usaban libremente la palabra “dialéctica” en sus ponencias, en sus explicaciones, y que se suponía tenían la reputación del estudio —profesores, estudiantes —, pero más tarde, conversando, descubría conmocionado que no tenían ni idea de su significado o que su entendimiento de lo que es la dialéctica era totalmente erróneo.  ¿Qué es hacer dialéctica entonces?: Imagina que tienes una tesis.  Puede ser cualquier cosa, un problema, la visualización de un concepto complejo y abstracto, una solución.  Lo que pasa es que eres una humanista seria y quieres llegar a la verdad y no estás segura de tu tesis. Así que reflexionas sobre el asunto y extraes una serie de contradicciones con los que llegas a otra tesis diferente.  Esta es el antitesis de tu previa tesis que es a su vez una nueva tesis y así sucesivamente. Y así reflexionando y preguntando llegas a una tesis mucho más pura, más cercana a la verdad.  Esta es la síntesis de tu tesis inicial.  Uno de los primeros en usar este método de investigación fue Platón.  Su alumno, Aristóteles, decía que la dialéctica era la ciencia de la lógica —que tiene mucha lógica.  Así la dialéctica ha ido progresando a través de Kant, Hegel –dialéctica idealista -, y después Marx –dialéctica materialista.  Adorno, sin dejar el marxismo, volvió su atención hacia el idealismo de Hegel.  Como ves, se han escrito volúmenes acerca de la dialéctica y con la dialéctica.

Lo más difícil para practicar, desarrollar y entender la teoría crítica es que necesita personas, intelectos dispuestos a dar grandes dosis de energías y tiempo. No todos tenemos ese privilegio.  No se trata de “una” filosofía sino de un compendio de estudios con todas las ciencias sociales, incluyendo geografía, economía, ciencias políticas, estética y ética, historia, antropología y psicología. 

La teoría crítica es importante en el plano bondiano porque ayuda a formar actores intelectuales independientes, libres, que puedan luchar contra los influjos dañinos de las ideologías, que son los peores enemigos de la imaginación. 

Para aquellos que tienen el privilegio del tiempo, y las energías para emprender el camino, el mejor sitio es una buena biblioteca.  También internet es hoy un mundo al alcance del un clic.  Una rareza a considerar, made in spain, es la Fundacion de Investigaciones Marxistas: 
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Fundación de investigaciones marxistas

lunes, 14 de mayo de 2012

DEMOCRACIA



Edward Bond, Poems 1978-1985, Methuen, 1987

En la gran guerra los soldados balaban mientras iban hacia el frente
¿Cuál es el estado de soldados que luchan por la libertad y balan?
No son tan libres como presidiarios y esclavos
Los presidiarios ven cadenas y barras — los esclavos ven látigos y escuchan maldiciones
Los soldados sabían que los oficiales eran sus enemigos
Pero si hubiesen intentado escapar de las trincheras sus oficiales les habrían disparado por la espalda
El esclavo golpea al capataz mientras le da la espalda y lo deja allí tirado en el campo
Los presidiarios cavan el suelo de sus celdas mientras los guardias duermen
Para ser libres los soldados tendrían que luchar contra sus oficiales cuerpo a cuerpo
Sin embargo ellos marchaban —y balaban para mostrar que sabían ser los esclavos mandados a morir por la libertad de sus enemigos
Otros soldados marchaban hacia el frente y silbaban — y sus oficiales marchaban a su lado para morir con ellos en el frente
¿Cuál es el estado de los soldados que marchaban y silbaban?
Peor que el estado de los presidiarios: los soldados no veían sus celdas
Peor que el estado de los esclavos: los soldados no escuchaban los latigazos
Peor que el estado de los soldados que marchaban y balaban: no sabían quien era su enemigo
Peor que el estado de los oficiales que marchaban a morir a su lado en el frente: los oficiales morían por sus padres y por sus hijos que eran los dueños de los esclavos y los poseedores de las prisiones
Los soldados que silbaban murieron por sus enemigos y metieron en prisión a sus padres y condujeron a sus hijos a la esclavitud
Los presidiarios que no saben que están en la cárcel yacen en la más inquebrantable de las celdas
Los esclavos que no saben que son esclavos arrastran las más pesadas cadenas

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jueves, 10 de mayo de 2012

CUATRO PEQUEÑOS ENSAYOS ACERCA DE DRAMA por Edward Bond


September 2011, http://www.edwardbond.org/Theory/theory.html, 20 10 11

ESPERANZA
De una nueva obra se pregunta “¿Dónde está la esperanza?” La pregunta malentiende drama.  Estas en una habitación.  Las cortinas están cerradas.  No preguntas “¿Dónde esta el cielo?  Se ha ido.”  El cielo siempre está ahí.  Tienes un billete de la lotería.  Uno espera ganar.  ¿Pero esperas que el número del billete vaya a cambiar para que toque?  El dramaturgo debe señalar a la realidad —al número del billete.  La esperanza es la audiencia. 

DRAMA
Drama es el texto de la democracia.  Cuando las audiencias de la antigua Grecia miraban al escenario se vieron a sí mismos: “tu te veías a ti mismo.”  Más tarde, Roma se adueñó de la situación.  Los soldados te miraban.  Más tarde, fue la iglesia quién se adueñó de la situación.  Dijo que las magníficas ficciones creativas del antiguo drama griego eran reales, que eran hechos ordinarios, vulgares.  Zeus era ficción, pero Dios todopoderoso era nada menos que un hecho ordinario, vulgar.  Edipo mató a su padre pero era ficción; Jesucristo era un hecho ordinario, vulgar, y Dios su Padre lo mató.  Y así sucesivamente a través del canon dramático de la antigua Grecia y las Escrituras cristianas.  Dios te miraba y la inquisición miraba por encima de su hombro.  Entonces la ciencia se apoderó de la situación.  El científico empezó a mirarte.  Eras un espécimen.  Ahora el comercio se ha apoderado de la situación: Televisión y películas.  Los ojos de la pantalla no pueden mirarnos — están ciegos.   De la misma manera tu estas ciego cuando les miras.  (Esto es un poco difícil.  Es una mutación.  Piénsalo.  Los ojos son un órgano visual.  No pueden ser tocados, oídos, olfateados, gustados.  Las películas son ficción de una manera muy particular: las películas son el guiño del ciego).  La escena moderna es parasitaria de la ceguera de la pantalla.  Cuando la escena mira a la audiencia los ciegos se guiñan los unos a los otros.  Nunca en el pasado el escenario ha estado tan corrupto como la escena moderna.  Un drama nuevo debe existir.  En este drama nuevo la audiencia mirará al escenario y se verá a sí misma.  Esto será revolucionario porque será democrático.   

DRAMA POLÍTICO
En un artículo reciente se afirmó que “el teatro político ofrece cuestiones al debate publico y popular.”  ¡Qué cosas escribe la gente en los periódicos!  Es todo lo contrario.  El teatro se apropia de cuestiones que están ya en el debate público, popular.  Sus obras no son políticas.  Son temas de actualidad.  No tenemos teatro político.  Sin embargo, la política es el núcleo del drama.  Drama discurre y trata la relación entre el ser del ser humano y la sociedad; de como uno crea al otro, de como creamos nuestra humanidad.  El drama político debe mirar a las paradojas más profundas del ser humano.  El drama de la antigua Grecia lo hizo para nosotros.  Toda la cultura y la religión de occidente se basa en esta herencia.  Es nuestro patrimonio pero lo hemos agotado.  Nuestro teatro, como nuestra cultura y nuestra política, están muertos.  Post-mórtem, no post-modern.  Si no creamos un drama nuevo seremos destruidos.  La evolución nos aniquilará.  Nunca antes los tiempos han sido tan graves.  Esto es una crisis de las especies. 

PUREZA
Ha pasado ya la mitad de mi vida desde que el teatro The Royal Court escenificó mi segunda obra.  Entonces me atacaron diciendo de yo era el dramaturgo más degenerado, vicioso, depravado.  El año pasado The Royal Court me dijo que mi pureza moral me impedía hacer contacto con el público.  Mi primera obra (también escenificada en The Royal Court) tenía un ambiente rural y un asesinato.  El asesino era el hombre bueno.  Las complejidades de lo humano.  El año pasado The Royal Court presentó otra obra con un ambiente rural en la que había un hombre bueno.  El hombre bueno era un corrupto (y un peligro hacia su propio hijo) pero tenía un corazón de oro.  Llego el Sr. Realmente-Malo.  No asesinó al Sr. Bueno pero le dio una buena paliza.  La obra estaba escrita con artística elegancia.  Combinaba la moralidad de News of the World con el sentimentalismo de la novela rosa Mills and Boon.  Seamos serios ahora y cambiemos todo para empezar.  

Traducción de J C Villa  Licencia Creative Commons

martes, 8 de mayo de 2012

GRASS


La correspondencia que he tenido con Bond desde el 2002 ha sido y es intensa.  La considero una mis pocas y más preciadas posesiones sin dudas añade trascendencia a los estudios dramáticos del gran autor.  Merecería ser de utilidad pública, de forma adecuada, cronológica y comedidamente contextuada. 

Porque leer y escuchar a Bond es más que un privilegio; es luz y esperanza en un mundo tóxico en tinieblas.  Pregúntate, ¿qué es filosofía?  La gran filosofía nos dice aquello que ya esta dentro de nosotros, que ya sabemos —cognición.  Por supuesto, la idea ya existente en nuestro ser tiene forma abstracta y sin entrenamiento intelectual permanece aletargada — y pensar, realmente pensar, es el ejercicio humano más agotador, con mucho.  El filósofo simplemente ha adquirido unas herramientas semánticas con las que es capaz de concretizar la abstracción  ¿Prueba?  Seguro que toda mente inquieta, leyendo por primera vez una gran idea filosófica, se ha encontrado exclamando a sí mismo “¡Ah, es verdad!” como una explosión reveladora.  Ese “¡Ah, es verdad!” solo confirma que en nuestras mentes hay mucho más conocimiento de lo apreciado.  Esto sucede leyendo a Nietzsche: nunca quedará claro si era filósofo o poeta.  La gran poesía contiene intrínsicamente gran filosofía.  Bond nos ofrece una gran filosofía de drama, no por filósofo, sino como poeta. Pero un poeta materialista en el sentido marxista, un realista, “un melancólico del futuro” come dice el mismo.  Que no es otra cosa que saber, de una forma incluso dolorosa, urgente, que si las sociedades humanas no se esfuerzan por construir un futuro socialista y puramente democrático —porque uno no funciona sin el otro —, vamos hacia el horror, vamos hacia el abismo.  Y es esa honestidad de Bond, a veces brutal, intransigente, que no negocia, que al decirlo no mira si eres amigo o enemigo, con la que finalmente me he sentido en casa, en buen puerto —porque lo primero en drama no es la adulación, o las alianzas, o el beneficio, o la seguridad, sino la idea — y más todavía, la lógica de la imaginación.

Desde temprana edad, en una sociedad de clases, los que como yo vienen de las clases trabajadoras más humildes, pronto aprendemos a recibir golpes en cada poro de nuestro cuerpo y psique: nos engañan, nos abusan, nos dirigen con sofisticadas formas de violencia, desde la educación institucionalizada hasta los empleos.  Nos colocan en un mundo donde todos somos enemigos de todos, donde competir por limitados recursos con toda clase de sucias estratagemas es legitimado y naturalizado por una ley que no nos ha preguntado ni por nuestro nombre.  La ilusión es llevadera porque la mentira está estetizada.   Un fantástico melodrama; una gran soap-opera.  Lo llaman “igualdad de oportunidades”.    Sin darnos cuenta, nos convierten en cómplices de corrupción, nos enseñan a mentir y a aceptar mentiras como parte de una regla no escrita pero que todo el mundo sabe.  Para cuando somos adultos hemos aprendido que es imposible fiarse del “otro”, que hay tácticas y “buenos modales” que deben ser utilizados para seguir viviendo.  El teatro burgués es el gran celebrador de estas maestrías, del melodrama, de lo sutil, del gesto que significa su opuesto, de la máscara encima de la máscara, de leer entre lineas.  Una mentira dicha millones de veces que, con sus dos siglos de historia, desde su emancipación del yugo monárquico, se ha convertido en la gran verdad universal: capitalismo.  Como Nietzsche ya intuía, una sociedad capitalista es una sociedad en continuo estado de guerra.  Y como la guerra, es adictiva.  Como el drogadicto con su adicción, requerirá un esfuerzo sobrehumano y determinado para hacer una ruptura absoluta, para finalmente seguir construyendo episodios en la historia humana.  

En el siguiente poema, Grass, Bond nos habla magistralmente de esto.  Es un regalo que Bond me hizo cuando, en el año 2008, tuve que venir a España seis meses con mis hijos.  Bond espera que le escriba a menudo contándole de mis días a días, de mis ideas e impresiones.  Después de tantos años de ausencia, me tuve que enfrentar de nuevo con la burocracia española.  Con hijos, la escolarización, la seguridad social, homologaciones, los derechos y obligaciones, se convierten en bacanales de papeles, timbres, fotocopias, certificados, autentificaciones de identidad y bla, bla, bla.  En mis cartas le contaba a Bond de como impasibles trabajadores del aparato burocrático te mandaban a sellar un documento a oficina A, para en A decirte que tenias que ir a B, donde te explicaban que era a cinco kilómetros en C, que no, que era en D, para en D decirte que era de vuelta en A, donde la misma persona que te mando a B con la misma mirada muerta, perdida, sin voz, finalmente te estampa el timbre en el documento, “firme aquí y aquí”, una copia para ella y otra para ti y “el siguiente”.  Habría mucho más que incluir aquí, claro.  De que hay una relación entre este absurdismo burocrático que todos los españoles de a pie sufren, y el ethos de los españoles en su conjunto, desorganizado, frenético, como en estado de continua histeria, pícaro pero apático, irrespetuoso hacia el otro y con cierto espíritu anárquico; cuando conducen, cuando conversan hablando unos encima de otros, ya sea en la calle, en casa, o en los medios; de que los actos opresivos, irracionales de las estructuras del poder terminan proyectándose a través de los sujetos a los que oprime.   Pero no ahora. 

Incluyo ahora una de esas cartas que envié a Bond y que resultaron en el poema Grass:


24 enero 2008
Hola Edward,

(…)

Cambiamos Inglaterra por España en Navidades y estaré con los niños hasta junio —quizás volvamos antes; los niños no están muy contentos.  Tenía cosas que arreglar aquí y pensamos que sería importante que aprendieran bien español viviendo aquí un periodo pero España es muy diferente.  No es que sea otra cultura — porque es la misma cultura fascística, americanizada, melodramatizada; solo que más.  La corrupción de la sociedad española es abrumadora y los efectos que tiene sobre el individuo son palpables.  Términos tales como democracia, libertad y justicia son vistos con inmensas cantidades de cinismo - o utilizados con mezquinas razones.  La gente aquí es tan fanática como en Gran Bretaña: el valor de cambio y el crecimiento del capital son el único imperativo, todo lo demás es sólo la fachada – o también llamada cultura. La primera terrible, paralizante realidad aquí es tener que tratar con el aparato burocrático: es un monstruo inmenso, insuperable.  La ley obliga a las personas sin influencias a volar desde una oficina a otra. Los funcionarios públicos, un grupo muy grande en España, con derechos que ningún otro español de a pie tiene -  sin ninguna imaginación en absoluto.  Informan malamente a la gente, y te mandan de una oficina a otra hasta que vuelves a aparecer en la primera oficina donde comenzó todo.  Digo "sin influencias" porque si eres una persona de la sociedad privilegiada, con influencia y reputación - es decir, uno de los cachorros de las familias patricias o un profesor universitario - las cosas, por arte de magia, se arreglan inmediatamente, a través de sus representantes burocráticos.

Solo quería darte una idea de nuestra situación. 

 (Aunque la gente aquí es mucho menos violenta. Están mucho más relajados que en Britain.  En Britain siento dentro de mí, como con un sexto sentido, una constante e intrínseca violencia en la gente.  No solo del obvio borracho violento o subproletariado confundido, sino tanto en niños como adultos, como en las abuelitas sonrientes con todas sus buenas maneras.  En Britain la gente acumula dentro de sí mismo una violencia que, aunque controlada y restringida, está siempre a flor de piel, como un volcán a punto de explotar…  Cuando estoy allí, mi antena esta demasiado a menudo diciéndome ´peligro´.  Britain es la quintaesencia del capitalismo —seguro que van por ahí los tiros.).  HOY, 12 DE MAYO, 2012, BOND ME HA ENVIADO UN EMAIL QUE AÑADE ENTENDIMIENTO A ESTA IDEA:

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No hay un estado llamado normalidad y otro llamado sicosis.  Estos se inter-relacionan.  Lo hacen en ese espacio fronterizo donde la sociedad y el ser interior se inter-relacionan.  Por esa razón el paso de sicosis a normalidad no muestra los síntomas que se reconocen como enfermedad.  Los síntomas son culturales —y por eso los síntomas causan la enfermedad.  La ideología usa los síntomas para justificarse, para darse derechos, autoridad, a sí misma.  En este estado de cosas la ideología permite a la sociedad el aspecto de funcionar con normalidad transfiriendo la sicosis al individuo.  Sería como si en un hospital los enfermos tratasen a los doctores o un deposito de cadáveres donde los muertos atienden a los vivos.
[...] Drama es realidad, ideología no lo es.
12 DE MAYO, 2012
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