patio bondiano

miércoles, 30 de mayo de 2012

¿BUSCAR QUÉ ES SER HUMANO? NO SIN MARX Y NIETZSCHE


What it means to be human.

La Royal Society ofrece sus conferencias online.  Una de ellas se titula “What it means to be human” (¿Qué significa ser humano?, 08 March 2012, 6.30 pm).  El video se puede encontrar en el siguiente enlace:


Para el estudioso y operante de la obra de Bond, la pregunta es de una importancia capital.  Toda la obra bondiana se sustenta en esta simple pero profunda y compleja pregunta: ¿qué significa ser humano?  Por eso lo miré con gran expectación primero y, como es habitual, para descartarlo con gran decepción después. 
¿Por que incluirlo aquí?
Porque confirma una vez más las llamadas de alarma de Bond por encontrar el centro del imperativo humano, la urgencia por una representación de lo humano. 
¿Qué respuestas ofrecen los “eminentes” ponentes de la Royal Society en la conferencia arriba indicada? Una vez más nada o muy poco y confuso.   Un espectáculo bochornoso de balbuceos, frases medio dichas, arrogancia académica, y especialización como justificación. 
Es increíble que al intentar responder qué significa ser humano, los profesores se centraran mayormente en las diferencias entre la especie Neardental y el Homo Sapiens y que, como se puede observar —solo una persona de entre la audiencia planteó la pregunta — se mostraran reluctantes a hablar de los imperativos que han definido al ser humano durante miles de años: justicia, distribución, participación.  En definitiva, como ha denunciado Edward Bond en todas sus conferencias y escritos con inequívoca firmeza “tenemos un gran problema entre manos: ni sabemos contestar a la pregunta ´¿qué es ser un ser humano?´ ni queremos saberlo (…)  Tenemos los derechos humanos pero no el derecho a ser un ser humano.”

Incluso la misma forma de la pregunta ofrecida por la Royal Society es, desde un plano bondiano, incompleta, mal-informada; en el plano bondiano tendríamos que proponer la pregunta-concepto todavía con más precisión, esto es: ¿Qué significa ser un ser humano?  Todo un mundo cambia.
Este “ser un ser” seguramente llevará a recordar a algunos estudiosos la urgencia de Ser (“Dasein”) — vivir, existir, ser —tan anunciada por la filosofía de Heidegger mientras buscaba la respuesta que le llevó a abrazar el Nazismo.  Pero nada más lejos —porque ser bondiano implica reflexionar, criticar, analizar desde un plano marxista, materialista y realista.  Por esto el plano bondiano también rechazamos la idea de que hay una “naturaleza” humana como hace la filosofía burguesa – y esa de Heidegger o de su alumno Ortega y Gasset - que busca justificar las relaciones entre el opresor y el oprimido como un natural dado universal.  Esta es la razón por la que Heidegger, insistentemente, no deseaba que su filosofía se entendiese como “filosofía” sino como antropología de la civilización —pero la civilización es solo una pequeña fracción de la historia humana; de los últimos 9.000 años. 
Ese ser humano anatómicamente moderno que somos hoy tiene una edad de entre 200.000 y 250.000 años.  ¿Qué fuimos durante el largo periodo de pre-civilización?  Nómadas cazadores-recolectores.  Y este dato es el que realmente ilumina. 

Como podéis observar en el video de la conferencia, solo la profesora antropóloga evolucionista, Ruth Mace FBA, intenta responder a la cuestión de la justicia como elemento intrínsico de los humanos.  Pero, horror de los horrores, lo hace bablando, centrándose en “modelos matemáticos” que, según ella, “demuestran” que en cierto momento, cuando las gentes se volvieron sedentarias —con la agricultura —, acordaron dejar el asunto de “crimen y castigo a otros”.  “Mientras éramos cazadores-recolectores,” dice, “si no nos gustaba alguien, simplemente cambiábamos de lugar.  Pero entonces las populaciones crecieron, apareció la agricultura, nos hicimos sedentarios, y dejamos a otros crear un sistema judicial con el que la gente era castigada.”  Y resume —atentos— “que no nos gusta vivir en sistemas que no tengan castigo.”  Sir Paul Nurse, el presidente de la Royal Society, termina la conferencia describiéndola como “este gran evento”.  What a farce!

Esta profesora, ¿estaría desviando la atención del objeto-verdad?: o miente conscientemente o sufre de ignorancia  —ignorando lo que es obvio. 

En realidad encontramos la respuesta a su postura en el mismo párrafo introductor a la totalidad del evento:
“An exploration of the boundaries of human nature” (Una exploración de los límites de la naturaleza humana).  Si crees, si has capitulado a la filosofía burguesa de que hay una “naturaleza” humana, entonces la conclusión de la eminente profesora tiene sentido.  Entonces como Calderón primero y como Beckett después, “el primer pecado del hombre es haber nacido”.  Entonces la venganza se confunde con la justicia; entonces la justicia es entendida como venganza.  Entonces no hay historia ni historia de la evolución de clases.

Afortunadamente hay otros razonamientos, otras evaluaciones.

Respondiendo a la pregunta “Why is Violence More Common Where Inequality is Greater?” (2004) (¿Por qué es la violencia más común allí donde la desigualdad es mayor?) el epidemiólogo  Richard Wilkinson corrobora la visión dramático-filosófica de Bond de que la desigualdad daña la salud en todos sus ámbitos y es "socialmente corrosiva."
Los estudios de Wilkinson sobre la relación proporcional entre la violencia y la desigualdad nos dice que la existencia humana no debe medirse exclusivamente con la historia de las civilizaciones humanas, por el contrario, las civilizaciones de las sociedades humanas son el último eslabón de una larga cadena en el desarrollo de los seres humanos.
De hecho, "durante 90 o 95 por ciento de nuestra existencia como humanos anatómicamente modernos,” afirma Wilkinson, “ los seres humanos hemos vivido como cazadores-recolectores, sociedades notablemente igualitarias, basadas en el regalo recíproco y el reparto de alimentos" (2004:9).

Wilkinson apoya su argumento señalando a más de un centenar de informes antropológicos sobre recientes cazadores-recolectores, sociedades repartidas en cuatro continentes, de las cuales extrae la siguiente conclusión: “los cazadores-recolectores comparten la comida, no sólo con los parientes, o incluso con los que corresponden e intercambian comida, sino que dependiendo de la necesidad, también cuando la comida escasea” y añade:

No hay jerarquía dominante entre los cazadores-recolectores.  Ningún individuo tiene prioridad de acceso a los alimentos los cuales [...] son compartidos.  A pesar de la preferencia marginal de las mujeres por los cazadores más exitosos como amantes, el acceso a sus parejas sexuales no es un derecho que se correlaciona con el rango.  De hecho, el rango no es discernibles entre los cazadores-recolectores. Esto es un hecho transcultural universal, que resuena inequívocamente a lo largo de la literatura etnográfica, a veces en los términos más enérgicos (Ibid: 10).

Por lo tanto, si las personas son mejores o peores no depende de si el “mal” o el “bien” forma parte de su carácter, o de la “naturaleza” de los humanos, sino de la naturaleza de sus relaciones sociales.  Durante los últimos 9.000 años, los humanos hemos vivido en un ambiente que no es el nuestro —esto es, donde unos pocos tienen todo y esclavizan a la mayoría que no tiene nada.  Incluso más: nos enferma la diferencia entre la gente de un mismo vecindario ¿Qué es la historia de la civilización, sino la lucha del oprimido contra el opresor?  ¿La búsqueda de igualdad con nuestro coetáneo?  La liberación, la lucha marxista contra el opresor, no es otra cosa sino la urgencia del que vive en un mundo extraño, agresivo, ajeno, inhumano y desea volver a “casa”. 

Aristóteles decía que el perfecto carácter en una tragedia no era ni bueno ni malo, era “más bien bueno.”  Que es como si estuviera describiendo a todos y cada uno de nosotros —y Aristóteles, el educador de la élite opresora y pagado por la élite opresora, no era precisamente un liberador.

Y aunque continuamente me enfado, ofendo y sorprendo con las respuestas de los académicos cuando responden a esas preguntas sobre la humanidad que tanto me conciernen, en realidad no debería.  Porque ahora sé.  Y sé que la inhabilidad de “ver” de los eruditos es tan vieja como la civilización misma —y que esta condicionada por muchas fuerzas externas: ideología, protección del estatus y del privilegio, negociación con el establisment y las administraciones de las universidades, mediocridad, miedo… Se podrían escribir volúmenes sobre la corrupción del significado de “humanidades” en las universidades — ya Pierre Bourdieu lo hizo extensivamente.

Curiosamente, ya Aristóteles hace más de 2.300 años, en su obra Poética, concluyó que quien son merecedores de nuestra atención en la búsqueda de la verdad no son los historiadores, los filósofos o los científicos, sino los grandes poetas a los que no les interesan los hechos particulares, sino la verdad universal (Capítulo 9, 5-6).

Aquí es donde entra Edward Bond: Bond ha tratado de decirnos desde hace muchos años —es intrínsico de todas sus obras y escritos —  que la humanidad sólo tendrá un futuro, cuando “el imperativo humano reconozca el imperativo humano en todos los demás”.  Entretanto:

Todos los sistemas de la moralidad son corruptos porque su efecto es reconciliarnos con la injusticia - y como el efecto siempre está justificado por la ideología, es la implícita intención  de la moralidad la que nos reconcilia con la injusticia, con una vida injusta — y dada la contradicción dentro del ser (del ser humano)  esto lleva a la paradoja de que los crímenes (actos contra la moral y la ley) pueden ser expresiones de la necesidad humana por la justicia […] la contradicción también está dentro de nosotros mismos.  Nos impulsa la necesidad por la justicia, pero la ideología distorsiona esta necesidad convirtiéndola en la performance de la injusticia - y la mente ideologizada forma totalmente parte de la ideología [su subrayado] (2 October, 2004).


Para emprender con buen pie un camino hacia Edward Bond se hace necesario estudiar tanto a Marx como a Nietzsche, simultaneamente.  Es el estudio de estos dos lo que convierte a las palabras de Bond en agua en el desierto; lo que nos demuestra la urgencia un Drama para buscar lo humano en la deshumanizada sociedad del siglo XXI.  Es también lo que les aconsejaría a los profesores eruditos que intentaron decirnos qué significa ser humano, en el video arriba: que enfocaran tal pregunta primero a través de Marx y Nietzsche; que uno ayuda al otro en ese camino.  Y la revelación libera —aunque probablemente como el repentino golpe de un rayo, dolorosamente.  Porque un acto de total honestidad no es un cosa liviana.    

Max Weber se dio cuenta de la magnitud del problema Marx-Nietzsche en el pensamiento moderno y su academia:

La honestidad de un académico contemporáneo y, sobre todo, de un filósofo contemporáneo, se decide sobre la base de su actitud frente a Nietzsche y Marx.  Aquellos que no reconocen que no podrían llevar a cabo una parte considerable de su trabajo sin el trabajo realizado por estos dos, están engañándose a sí mismos y a otros.  El mundo en el que existimos intelectualmente es un mundo moldeado por Marx y Nietzsche. (Gedö, András, 1998, “Why Marx or Nietzsche?” Nature, Society, and Thought, Vol. 11, No. 3, pp. 331–346, p. 337).

Poder mirar a otro ser humano a los ojos, de tú a tú, frente a frente, sin doblar la espalda y sin esperar que el otro doble la espalda, sin dar ni recibir favores, sin deber nada a nadie y sin que nadie te deba nada.  Como nos dijo Nietzsche “prefiriendo perecer antes que odiar o temer, y dos veces perecer antes que hacer que me odien o que me teman.“  Ser un ser humano.
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