Edward Bond: “War
Horse? Obsceno. Downton? Despreciable”
Artículo en: Edward Bond en The Guardian
Ha
salido de teatros donde se representaban sus propias obras, sido
perseguido por un director por la autopista A1 y piensa que el drama
británico está muerto. Mark Lawson (probablemente el critico cultural más renombrado de las islas
británicas) encuentra al magnificamente irrascible Edward Bond.
Y
mientras la obra Bingo
de Bond es probablemente la mejor obra biográfica sobre Shakespeare,
no logró figurar en las conmemoraciones del cuarto centenario de las
muerte de Shakespeare por la Royal Shakespeare Company y la BBC.1
Así
que ¿tiene Bond amargura por el trato del teatro británico?
“No” insiste. “Estoy demasiado ocupado.”
En
Roma tienen una nueva representación de Lear,
su variación de la obra original de Shakespeare, de 1971, (…) The
Sea … es
un éxito en la Comédie-Francaise en Paris. Actualmente, Bond esta
trabajando con la compositora Laura Jayne Bowler en una opera basada
en su obra Early Morning
– censurada en 1968 por representar a la reina Victoria como una
lesbiana caníbal enamorada de Florence Nightingale - y está
dirigiendo Dea
en el Teatro Secombe de Sutton, su primera obra (aparte de sus obras
para adolescentes) que no estrenaba en el Reino Unido desde hace dos
décadas.
Es
posible que haya alguna sorpresa por representar este trabajo en un
teatro suburbano llamado así por el cómico y locutor religioso Sir
Harry Secombe, pero Bond sostiene que no ansia las instalaciones de
sus mecenas anteriores, el Teatro Nacional, la Royal Shakespeare C. y
el Royal Court. “Si hicieran una de mis obras, sería basura,”
dice. ¿Por qué? “Porque no lo entenderían.” El problema con
el teatro británico, dice Bond, es que “por el momento no tenemos
drama. Eso da miedo realmente. Todo ha sido absorbido por la
industria del entretenimiento de Hollywood.”
“¿Sir
Nicholas Hytner? (actual director del Teatro Nacional) ¿Era él?
¿Títeres? ¿Era el de los títeres?” Esto parece ser una
referencia a War Horse,
adaptación de la novela de Michael Morpurgo, la cual estuvo dos años
en el Nacional, siete en el West End y ahora está de gira por el
Reino Unido. “Sí. Eso era una obscenidad. Black Beauty va a la
guerra. ¿Qué le está pasando a nuestra sociedad? ¡Eso es
obsceno! Y van por todo el mundo.” ¿Por qué es obsceno? “La
guerra crea cuerpos. Es dura con los caballos, por supuesto. Pero
es mucho más dura con los seres humanos.”
(…)
“Mira”
protesta cortésmente, “tengo esa reputación de enfadarme durante
ensayos. Te prometo que nunca lo hago, de verdad. Lo que puedo
hacer cuando un director trabaja una de mis obras es decir '¡pero
eso no tiene ningún sentido!' Y entonces es el director el que se
enfada mucho.”
(…)
Judy Dench en "The Sea" - National Theatre, London, 1991 |
Esta
vez no puede haber desacuerdos porque es el mismo Bond quien dirige
Dea. La obra está titulada como el carácter central quien
comparte tres de las cartas y mucho de la biografía de Medea –
que, en la tragedía griega de Eurípides, asesina a sus propios
hijos como un acto de venganza contra su adúltero marido Jasón.
La
versión de Bond se centra más en el asedio del poder - “la
obra se centra sobre las ambiciones políticas. Jasón quiere entrar
en el Nº 10 (la Moncloa.)” Pero a Bond también le interesa que
las audiencias no excluyan el infanticidio como algo que sucedió
hace tiempo en la Grecia antigua. “La gente mira Medea con horror
porque una mujer mata a sus hijos. Pero enviamos alegremente a
nuestro hijos a la guerra,” argumenta. (Y tanto el crítico como
Bond añaden la estadística: solo en el Reino Unido, más de un niño
muere cada semana por deliberada violencia, abuso o negligencia.)
Cinco
décadas después de que la simulada lapidación mortal a un bebé en
su cochecito causase escándalo en el teatro Royal Court, Sutton
puede que se tenga que preparar para algo de bullicio. Aparte de la
eurípidea matanza de niños, Dea incluye dos violaciones
brutales, una de ellas necrofílica y una madre haciendo una felación
a su propio hijo. Bond, sin embargo, se sorprende frente a la
sugerencia de que su intención es desafiar u horrorizar audiencias.
“No se me ocurriría pensar que una escena es escandalosa mientras
escribo. Solo persigo la lógica de una situación – nada más que
eso. Creo que drama tiene que empujar las situaciones hacia los
extremos para así poder entender lo que hacemos en nuestra
sociedad.”
Bond
considera que las tragedias griegas que una vez fueron como
inimaginables ahora son cada vez más reconocibles. Piensa que
Antígona de Sófocles “fue una obra clave del último
siglo. Porque todo tiene que ver con dictadores y obediencia a
órdenes. Pero la obra de nuestro siglo es Medea. Implica
preguntas mucho más profundas para nosotros: ¿qué significa ser un
ser humano; cómo construimos una sociedad?”
(…)
Después
de Sutton, llevará Dea a Francia donde Bond es tan venerado
como es ignorado en Gran Bretaña – y está ya trabajando en una
obra que trata sobre lo que para Bond son “preguntas incontestadas”
en las tragedias de Shakespeare. Espera que sea despiadadamente
satírica. (...)
1Entre
las personalidades invitadas estaban el príncipe Carlos. Una vez me
dijo Bond lo que haría si tuviese que darle la mano a alguien de la
realeza – no puedo repetirlo aquí y ahora.
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